La novela Quemarlo todo narra la historia de una madre cuidadora que enfrenta adversidades para proteger a su hijo con autismo. Su autora, Ariadna Ramírez Garagorri, comparte que representa uno de cientos casos que existen en el país.
Está construida a partir de testimonios escuchados y de su experiencia, pero fue un hecho el que detonó su escritura: el feminicidio de Luz Raquel Padilla, madre y cuidadora de un niño con autismo de 11 años.
Ella había denunciado agresiones por parte de sus vecinos y meses después murió, víctima de un ataque con fuego. El caso, ocurrido en Zapopan en 2022, se hizo viral.
Ariadna comparte que este feminicidio la conmovió. Le indignó ver cómo era tratada la noticia en las redes sociales y en los medios de información, así como en la narrativa de las autoridades.
Reflexionó en cómo una historia puede ser vista de distinta manera y optó por reinterpretarla, desde la ficción, en Quemarlo todo.
Muchas historias en una
Al narrar el proceso de creación de Quemarlo todo, que inició como un cuento y terminó en novela, Ariadna enfatiza que fue cuidadosa en no revictimizar a Luz Raquel, por respeto a su memoria.
Su caso, subraya, sólo fue el pretexto para retratar las historias de las madres cuidadoras y los desafíos que enfrentan, la mayoría de las veces solas, en una sociedad excluyente.
En su novela, la protagonista se llama Irene y su hijo, Beto. A través de la ficción, la autora interioriza en estos y otros personajes. Nos adentra a sus intimidades, sus emociones.
—Está inspirado en un hecho real, trágico, pero que es un botón de muestra de algo que pasa, que no es visible, que es el tema de los cuidados, que queda normalmente en manos de una mamá, que está absorta. Luego llega a ser un tema de salud mental. Era una historia que tenía todas esas aristas y me pareció interesante a partir de ahí, ficcionar. Sí es importante el ‘disclaimer’ de que esta es una historia que representa muchas más historias y no solamente la de una persona.
Ariadna documentó el hecho. Recorrió la colonia donde fue atacada Luz Raquel, Arcos de Zapopan, y entrevistó a un periodista que cubrió la nota. A la familia decidió no acercarse, aclara, para no invadir su espacio y su dolor.
Estos elementos, aunados a su experiencia y la de otras madres cuidadoras que conoce, permitieron crear una atmósfera que coloca al lector ante una realidad a veces ignorada.
—Sí conozco muchas historias de mamás que cuidan, conozco ese contexto, eso también me ayudó a crear esos espacios en el interior, donde estás 24/7 en un tema de cuidados. Sí hay muchos momentos en que te quieres bajar del barco, lo he escuchado, sentido muy cerca. Poder entender ese aislamiento que muchas veces es como tu mejor forma de protegerte de todo lo que afuera no está. Las carencias en una sociedad que no favorece la inclusión.
No queda ahí. La escritora también hizo una lectura personal del caso e impregnó, esparcidas entre líneas del casi centenar de páginas, reflexiones y sentimientos; su historia como madre de Santiago de 18 años, y de Andrés de 22, quien vive con parálisis cerebral.
—Yo soy mamá, y ahora por ejemplo mi hijo no vive conmigo, vive con su papá, pero fue a partir de cuestionarme por qué yo me echaba toda la responsabilidad. Si yo suelto, él otro agarra. Y sí agarra, y está bien, eso es parte de. Pero eso también fue parte de un proceso de deconstruir todos esos mandatos de que los cuidados nos corresponden (a las mujeres) porque somos las mejores personas para hacerlo. Es una concepción social. Entonces, claro que hay temas que no te pasan tan lejanos, te llegan, te tocan. Hay mucho de mí en la obra.
Un espejo de la sociedad
La novela Quemarlo todo está compuesta por 23 capítulos. Los referentes a Irene, la protagonista, están escritos en segunda persona. A decir de la autora, esto permite situar al lector directamente en los espacios y emociones del personaje.
Son párrafos donde uno se adentra en la intimidad y el estilo de vida de una familia que se refugia del hostil exterior, y logra palpar el cansancio, la esperanza, el amor y “el temor de salir, esta impotencia de ir a denunciar y que no pase nada”.
Los personajes masculinos están escritos en primera persona. Uno es el vecino que agrede a Irene porque le molesta que su hijo haga ruido; otro es el padre ausente que ve en su hijo con autismo la imposibilidad de hacer su vida; y uno tercero, el pretendiente de Irene.
A través de sus acciones y soliloquios, revelan sus violencias. Algunas más notorias que otras, pero presentes al fin y al cabo, debido a una carga cultural y de creencias, explica Ariadna. Todas las masculinidades demuestran su falta de empatía.
En Esquirlas, uno de los capítulos, se vuelcan distintas voces. Algunas extraídas de redes sociales, de los medios, de lo que la gente comentaba sobre el caso de Luz Raquel Padilla. Cómo emitían juicios y conjeturas.
—Es un espejo de cómo somos como sociedad, que siempre tenemos una opinión y a veces puede ser lapidaria.
También están presentes las voces de las amigas de Irene, integrantes de colectivos. Esas redes de apoyo que son necesarias para acompañar las maternidades.
Los capítulos están entrelazados por un poema fragmentado, que se presenta completo al final de la obra, donde el personaje es el fuego. Un fuego que quema, que incinera, pero que también protege e ilumina.
La escritura como catarsis
Chilanga por nacimiento pero tapatía por adopción, Ariadna Ramírez Garagorri ha trabajado en el área de mercadotecnia y comunicación del Tec de Monterrey y en sus ratos libres lee y escribe. Quemarlo todo es su primer libro.
Se dice contenta de haber podido materializar esta obra con un tema que la marcó profundamente.
—Fue como una catarsis, algo que necesitaba decir. Sí me quedo también en paz con esa historia. En paz en el sentido en que la miré, me dejé incomodar, me dejé llevar a donde me quiso llevar la historia, y está bien.
No tratar el tema desde el morbo, no sumarse a esas voces lapidarias, y crear la propia desde la ficción, fue uno de los principales retos.
—Finalmente quien lo lea va a tener su punto de vista. Lo va a leer desde ahí y podrá hacer un juicio, o no; o cuestionarse e incomodarse, o no. Al menos sí lo intenté, esa siempre fue una preocupación para mí, ponernos en ese espacio, en ese lugar, en esas circunstancias, en ese edificio, en esa hostilidad. Y si te incomoda, bien, porque esa incomodidad nos incomoda. Si lo consigo, chido.
La novela Quemarlo todo de Ariadna Ramírez Garagorri forma parte de la colección 2024 de La Maleta de Hemingway, programa de la Secretaría de Cultura de Jalisco que publica las primeras obras de autores en varios géneros.
Durante la edición 38 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, se presentará el sábado 7 de diciembre en el stand de Cultura Jalisco a las 12 horas.
Fotografías: Cortesía Paula Ricci (@pricciKunst) | Ciudad Olinka