A dos cuadras de la Plaza de Atemajac, en la colonia Atemajac de Zapopan, una casa centenaria está cobrando vida como un espacio donde la cultura, la historia y la gastronomía se encuentran conviviendo de manera única: Librería Callicanto.

Una librería que revive la historia

Erick González Rizo, historiador y antropólogo, lidera este proyecto que, con más de 15 meses en marcha, está transformando una antigua vivienda en un punto de referencia cultural para la comunidad de Zapopan.

La librería alberga más de mil títulos, desde libros históricos y de humanidades, hasta literatura para niños y psicología. Pero más allá de los libros, este espacio está lleno de historia:

Descubrimos que la casa era más antigua de lo que pensamos. Cada rincón tiene algo que contar”, comentó Erick.

Este historiador que ha participado en proyectos sobre estudios históricos para Jalisco y patrimonio cultural tenía un sueño claro, abrir una librería independiente, que con el tiempo este sueño fue cobrando vida y tomando forma en una casa que González Rizo describe como “representante de la arquitectura vernácula de la zona”.

Con más de 100 años de historia, el espacio está siendo restaurado cuidadosamente, logrando preservar sus detalles arquitectónicos únicos, como la antigua bóveda de la cocina.

La Librería Callicanto se encuentra ubicada en la calle Hidalgo de Atemajac y está abierta de lunes a viernes de  a pm y sábados y domingos por la mañana.

Sin embargo, uno de sus servicios más valorados es la atención por cita, lo que permite a los visitantes programar su visita en un horario personalizado, ya sea para adquirir libros o para explorar el espacio.

Un oasis de cultural en Atemajac, Zapopan

En Zapopan, fuera de las grandes cadenas, las librerías son escasas. “En los barrios prácticamente no hay ninguna”, comparte el también arqueólogo.

Así que este espacio se ha convertido en un oasis cultural para aquellos que buscan algo más allá de lo comercial, señaló González Rizo, pues las personas no sólo van a comprar libros, sino que también acuden a talleres de historia, violín y hasta obras de teatro.

“Queremos que la gente vea este lugar como algo más que una librería. Es un espacio para aprender, para compartir, y también para disfrutar de la gastronomía”, explicó.

Impulsa proyecto. Erick González Rizo, arqueólogo y promotor cultural mediante Librería Callicanto en Atemajac, Zapopan. Fotografía: Adriana González

González Rizo también abre las puertas de este proyecto a aquellas personas interesadas en tener lugar en donde realizar algún evento cultural.

¿Lonches bañados en una librería?

Uno de los aspectos más curiosos de este proyecto es la mezcla de libros con gastronomía.

El espacio también funciona como restaurante los fines de semana, donde se sirven platillos tradicionales, como los lonches bañados y la birria siguiendo recetas tradicionales.

La comida es parte de nuestra identidad cultural y quisimos integrar en el proyecto”, dice el promotor, quien cree que la experiencia cultural no está completa sin un buen platillo.

Además, estos platillos no solo alimentan el cuerpo, sino también la conexión con las raíces locales.

El menú se inspira en recetas familiares y tradicionales, conservadas con el mismo cuidado que los muros de la casa.

“Queremos que la gente se sienta como en casa, comiendo lo que sus abuelos preparaban”, comenta Erick.

Más que una librería es un proyecto comunitario

Desde su apertura, el proyecto ha tenido una misión clara: ofrecer a la comunidad un espacio accesible donde puedan conectarse la historia con la cultura.

El proyecto también ha servido para rescatar el patrimonio loca.

“La restauración de la casa fue todo un proceso. Descubrimos vestigios de un arroyo que pasaba por aquí hace años, y cada detalle arquitectónico cuenta algo sobre el pasado de lo que era este lugar”.

Librería Callicanto a futuro

Con planes de seguir expandiendo el proyecto, Erick González y su equipo se encuentran en nuevas fases de restauración y actividades.

“Queremos  que este sea un lugar versátil, donde se puedan hacer exposiciones, talleres y eventos. Todavía hay mucho por hacer, pero el futuro se ve prometedor”, asegura.

Esta librería puede llegar a ser un lugar diferente para desconectarse y lograr que las personas se sumerjan en la historia mientras disfrutan de la gastronomía local en este rincón acogedor en Zapopan.


Fotografías: Cortesía / Adriana González – UdeG

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Stephanía Rosas Espinoza
Reportera de Ciudad Olinka. Estudió Periodismo en el CUCiénega de la UdeG.