Humo, cortometraje animado de Rita Basulto, se creó con ayuda del Taller del Chucho de la UdeG.
El recuerdo de un niño que se ve a sí mismo construyendo castillos en la arena de la playa es el anhelo que siente frente a la tragedia que está por vivir.
Luego de ver a su padre, por última vez en la vida, subiendo a un tren del que jamás regresará, el pequeño y su madre son llevados a un campo de concentración, donde su felicidad terminará por romperse.
Su mayor miedo: entrar a la casa donde otros niños ingresan y de donde luego un humo negro sale por las chimeneas.
Es la historia del cortometraje animado Humo, creado por la cineasta y animadora tapatía Rita Basulto.
Dicha película fue ovacionada durante la ceremonia de premiación de los 66º Premio Ariel, que se realizaron por segunda ocasión en el Teatro Degollado de Guadalajara, este 7 de septiembre de 2024.
Pues Humo, creada con la técnica stop motion en el Taller del Chucho de la UdeG, ganó Mejor Cortometraje de Animación.
“Gracias a la paciencia de Dante, quien da voz a este corto, a todo el fabuloso crew que me acompañó“.
“Y sobre todo gracias a nuestros padres: a mi madre María Rita y a mi padre Cuauhtémoc”, señaló Rita Basulto luego de recibir la estatuilla en el escenario del Teatro Degollado.
Previo a la ceremonia de los Ariel, la creadora se dijo emocionada de poder recibir dicho galardón en su ciudad, Guadalajara:
“Siempre se agradecen y valoran los reconocimientos al nuestro trabajo, sin importar la trayectoria o distancia de cada festival o certamen”.
“En el caso de los arieles, he tenido la fortuna de que mi trabajo sea bien recibido por mis colegas de la academia y ya cuento con cuatro premios (ahora son cinco)”.
¿De qué habla el cortometraje “Humo”?
Humo es un cortometraje ambientado en la Segunda Guerra Mundial, que cuenta la historia desde la perspectiva de un niño judío anónimo.
Aborda cómo vive las consecuencias de la guerra (cualquiera) y los horrores que trae consigo en un campo de concentración.
Es una película que habla de las voces que no sobreviven a estás desgracias.
“Logra así una de las voces más profundas y contundentes en la conciencia humana, un eco desgarrador en nuestras almas hasta nuestros días”.
“Los inocentes no sobreviven, decía el escritor Italiano Primo Levi; es el precio por ver la luz”, comentó Basulto.
La animación de Humo invita a los espectadores a conectar con el pasado y ver las tragedias de los errores que hemos cometido, nos ayuda a reflexionar “en términos más humanos y colectivos” para encontrar similitudes con el presente.
“Espero que la audiencia conecte con esta historia a pesar de ser una circunstancia qué pasó hace más de 80 años”.
“Y que desde mi punto de vista, como sociedad seguimos cometiendo los mismos errores y horrores”.
¿Por qué elegir al Holocausto como tema para este filme?
Desde hace años Rita Basulto ha coproducido varios cortometrajes en la empresa Outik Animations, inspirados en libros infantiles de la editorial española OQO.
“Los guiones son adaptaciones de estos cuentos para niños que tienen bellas ilustraciones”.
“Taller de corazones, Zimbo y El corazón del sastre son algunos de estos cuentos que produjimos aquí en México.
“Durante nuestra colaboración la editorial OQO nos obsequió varios ejemplares impresos y fue ahí donde descubrí el libro Humo, con texto de Antón Fortes e ilustrado por Joanna Concejo”.
“La potente y conmovedora historia y la poética de sus intensas imágenes me conmovió hasta las lágrimas y el recuerdo se quedaría conmigo durante años”.
Indicó que pesar de la polarización que presenta la coyuntura histórica en los conflictos bélicos, ella espera que contar la situación de un niño que vive como víctima de la guerra, “debe ser motivo suficiente para detenernos a reflexionar en términos más humanos y colectivos, más alñaa de nuestras posturas ideológicas y políticas”.
El proceso de creación de “Humo”, de Rita Basulto
La cieneasta comentó que el 98 por ciento del cortometraje lo creó en su propio estudio. “Fue un proceso muy personal e íntimo”.
“Al final del rodaje, el Taller del Chucho de la UdeG me invitó a a utilizar un equipo especial para filmar u par de planos complicados y esa es parte de la importancia de contar con un centro internacional de animación”.
Ella asegura que contar con espacios e infraestructura adecuada permita escalar y mejorar los valores de producción de nuestras obras.
Humo ya ha ganado premios: en el Festival Internacional de Animación SMOF (Stop Motion Our Fest) en Argentina obtuvo Mejor Cortometraje Latinoamericano.
También fue preseleccionado para contender en los Premios Oscar, después de ganar el premio a Mejor Cortometraje de Animación en la 19 edición del HollyShorts Film Festival 2024 en Los Ángeles.
El reto de animar para contar realidades
Contar historias implica impregnar una parte de lo que somos en la narrativa, en los personajes y en sus vivencias, darles vida a partir de nosotros mismos.
Eso es algo que ha hecho Rita Basulto a través de sus animaciones.
“La gran virtud de la animación, es el poder contar historias poderosas a través de dibujos, marionetas o píxeles y lograr conectar con la audiencia“.
“El hecho de darle un sentido a esta materia y generar experiencias significativas donde el espectador se interese, se preocupe por lo qué pasará con los personajes”.
“Desde la perspectiva del realizador es eso, ceder un poco de nuestro tiempo y alma para estos personajes“, comentó la ya antes ganadora de cuatro premios Ariel.
Una apasionada del cine animado
Rita Basulto nació en Guadalajara el 26 de septiembre de 1973.
Estudió en la carrera de pintura en la Escuela de Artes Plásticas y la licenciatura en Artes Audiovisuales en el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), de la Universidad de Guadalajara.
Realizó los cortometrajes de Lluvia en los ojos, El octavo día, La creación, Zimbo y recientemente Humo.
La cineasta ha coproducido varios cortos con la casa productora OUTIK, inspirados en libros infantiles de la editorial española OQO.
Fue de unos de sus libros de donde salió la historia de Humo, al ser la adaptación del texto homónimo de Antón Fortes e ilustrado por Joanna Concejo.
Fotografías: Cortesía de Rita Basulto