Descubierta hace décadas en un archivo olvidado, la novela La hechicera de Lagos emerge como una obra que trasciende su tiempo.
Escrito a partir de un caso ocurrido en 1652, en la Villa de Santa María de los Lagos, hoy Lagos de Moreno, Jalisco, este libro combina con destreza la historia local con elementos sobrenaturales.
La protagonista es Beatriz Padilla y Alvarado, una mujer acusada de brujería, refleja las tensiones entre la superstición y la racionalidad.
Ella era hija de una mulata y su delito fue tener un romance un comisario de la Santa Inquisición, el sacerdote Ortiz de Parada, que era dueño de la hacienda de Moya.
Un conflicto que permeó la vida en las comunidades jaliscienses de esos años.
El libro fue escrito por don Alfredo Moreno González, investigador e historiador, notario en retiro e integrante de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco (BSGEEJ).
Además de contar con un prólogo escrito por el doctor José Guillermo Balla Plata, notario público 79 de Guadalajara.
La presentación del libro fue el 24 de julio de 2024, en el Colegio de Notarios de Jalisco.
Un libro que rescata un conflicto del pasado
Lo interesante de esta obra radica en cómo fue descubierta, pues fue durante la digitalización de archivos históricos que un académico encontró el manuscrito perdido.
Por lo que, gracias al conocimiento en paleografía de Alfredo Moreno, se desarrolló este libro, comentó el notario Adalberto Ortega Solis:

“Mi estimado Alfredo es un extraordinario paradójico porque la paleografía no es cualquier cosa”.
“O sea, es la traducción de un español del siglo XVI para traducirlo hasta el siglo XXI, que son muchos años de diferencia y obviamente para ser paleografo, como lo es mi querido Alfredo, pues es una cosa extraordinaria”.
La relevancia de la obra radica en la esencia de una época en la que la religión y la magia se entrelazan en la vida cotidiana.
La novela no solo revela las creencias populares de su tiempo, sino que también ofrece una crítica sutil a la sociedad profundamente patriarcal y controlada por el clero.
Alfredo Moreno no solo compartió historias que habían sido transmitidas de generación en generación, sino que también ofreció una perspectiva histórica que ayudó a darle autenticidad a la ambientación del libro.
“La investigación que realizó Alfredo es muy ambiciosa”, dijo Ortega Solís.
Dicha investigación se realizó en archivos de la Ciudad de México.
“Estuvo investigando muchísimas cosas que pasaron aquí en nuestro estado y al final de cuentas es un libro muy ameno e histórico”, hizo mención Adalberto Ortega.
Historia y procesos judiciales en Jalisco, en “La hechicera de Lagos”
Esta historia inédita fue publicada y desde entonces ha capturado la atención de lectores y críticos por su combinación única de realismo mágico y documentación histórica por parte de los notarios, logrando que este recaude fondos para la Cruz Roja Mexicana de Lagos del Moreno.
“Aborda el procedimiento que tenía la Inquisición y que a los abogados obviamente nos tiene que interesar mucho”.
“¿Por qué? pues porque ahí vemos cómo se desviaban los asuntos, resulta que la Santa Inquisición era promotora fiscal, y la protagonista era todo defensora en la Santa Inquisición”, comentó el notario Ortega Solís.
Alfredo Moreno rescata que los hechos encontrados sobre esa época fueron un factor importante para el desarrollo de las leyes.
“Cómo se desarrollaba el proceso inquisitorial era muy similar a las etapas y procesos de nuestro derecho penal”.
Por otro lado, el doctor José Guillermo Balla enfocó en cómo Alfredo Moreno toma la bandera de la defensa de una causa y rescata un proceso jurídico en el libro:
“Lo inquisitorial obviamente en un tribunal que no contemplaba el proceso jurídico de ninguna manera”.
“No hay respeto alguno por derechos humanos porque no se conocía ni siquiera el concepto de los derechos humanos y garantías individuales”.

Hoy en día, La hechicera de Lagos es más que un testimonio literario.
Una recopilación de testimonios culturales
Se ha convertido en un símbolo cultural de Jalisco, reflejando cómo las tradiciones y creencias antiguas siguen teniendo resonancia en la identidad actual del estado.
A través de su narrativa, la novela perpetúa la rica herencia cultural de Jalisco, mostrando cómo el pasado aún vive en las costumbres y leyendas locales.
A su vez el doctor Balla recalca que es un libro que hay que leer con mucho cuidado y si es necesario releerlo, dejando en claro que no se trataba de algo fantasioso:
“No es que fuera hechicera, sino que se había quedado con la herencia del hacendado: las enormes propiedades”.
“Y sacó a la luz algo que normalmente no conocemos la enorme desigualdad de inequidad y sobre todo las sociedades de otra época en nuestros propios cargos“.
“Y cómo se fue conformando el México de nuestros días”.
Este descubrimiento literario no solo enriquece el panorama histórico, sino que también invita a nuevas generaciones a explorar la dualidad entre lo real y lo fantástico.
Así como ésta ha moldeado la percepción del mundo en Jalisco.