Por Natalie González*
Colaboradora de la UAG, artista y fundadora de Nats Arts & Cultural Managment
Recuerdo hace algunas semanas que nos dijeron que íbamos a casa a trabajar porque el coronavirus había llegado a México. Esta pandemia nunca vista, nos ha obligado a cambiar nuestra rutina y estilo de vida.
Recuerdo la incertidumbre que sentí. Me pregunté: “¿Qué voy a hacer sin salir de vacaciones y sin poder salir de casa? ¿Sin ver a mis amigos?”.
Como entretenimiento, comencé a leer y ver documentales acerca de la vida de pintores famosos, me impresionó saber que muchos de ellos han vivido arrestos domiciliarios, guerras, plagas y me maravilló ver que sus mejores obras fueron durante estos encierros.
Ellos encontraron la manera de transformar un aislamiento en introspección pura, imaginación, fantasía y creatividad.
Sus pinceles y atriles se convirtieron en sus mejores aliados. Vi algunas imágenes sobre personas en las cárceles. ¿Qué difícil debió haber sido aquello? Mi sensibilidad y realidad me hizo empatizar con estas personas y fue aquí cuando, en medio de una contingencia, me comencé a sentir más libre que nunca, la libertad es un estado mental, estamos pasando por un momento histórico, éste es el momento para crear, me dije.
Entré a mi estudio e inicié primero con garabatos, y de pronto estaba dibujando. Todas las ideas que habían estado en mi cabeza por tantos meses comenzaron a salir, vivencias, sentimientos, miedos, frustraciones, todo aquello que no pude decir con palabras comenzó a brotar a través de la pintura y la escritura. De repente algo sucedió en mi cerebro, no sé qué exactamente, pero me invadió un mundo de libertad, creatividad, fantasía e ingenio.
Siempre me ha gustado pintar, he tomado algunos cursos de arte en México y en el extranjero, incluso he sido maestra de artísticas y, por experiencia, sé que no se trata de tener la técnica o dominarla, claro que esto es bueno; sin embargo, es mucho más importante tener algo que decir y en este momento histórico tenía tanto que decir.
Tenía un lienzo en mi estudio sin empezar, el lienzo más grande que he comprado, imponente, lo veía y le sacaba la vuelta. Hasta que comencé con unas pinceladas y unas manchitas. ¿Qué quería decir exactamente? No lo sabía, lo difícil es comenzar, sobre la marcha lo sabré, me dije.
Finalmente terminé una pieza de 150 x 120 centímetros, a la que título Lockdown 2020. Esta obra muestra una familia de Caballos Islandés encerrada, todos miran por la ventana. Cada caballo es único, auténtico y todos tienen su propia historia.
La pieza se puede interpretar de dos formas: ellos están viendo por una ventana el exterior o puede ser que tú eres la persona que está encerrada y ellos te están viendo desde afuera, ya el espectador decidirá qué es lo que prefiere.
Sí. Estamos pasando por un momento difícil para muchos, pero creo que podemos ver el lado positivo: estamos más unidos que nunca, tenemos tiempo para estar en familia, hacer todos aquellos proyectos que teníamos detenidos en el hogar y algunos de nosotros estamos documentando estos tiempos a través del arte.
Es el momento ideal para sacar toda nuestra creatividad y no necesariamente ésta va ligada al arte, no, si no que es una capacidad fabulosa que tenemos para generar nuevas ideas o conceptos en momentos de crisis y de esta forma, asociar ideas y conceptos que ya conocemos, para producir resultados originales.
Y estas soluciones originales se pueden aplicar en nuestro trabajo diario, es la oportunidad perfecta para transformarnos y reinventar nuestra forma de hacer las cosas.