Iván Serrano y Bernardo Badillo buscando historias en la localidad de El Refugio, Tala Jalisco. Fotografía: Iván Lara
Iván Serrano y Bernardo Badillo buscando historias en la localidad de El Refugio, Tala Jalisco. Fotografía: Iván Lara

Texto originalmente publicado en Cuerenta y Uno


Hace poco vi un meme buenísimo de “Ah bueno, chingo mi madre”, que aplica cuando en los noticieros o diarios locales, en su sección de noticias nacionales, sólo dan a conocer información de lo que ocurre en la Ciudad de México, mientras que el resto de los estados del país quedan como payasos 🤡.

Lo mismito pasa cuando desde la Ciudad de México hacen enlaces en vivo a Jalisco, pero el reportero o reportera en cuestión informa de lo sucedido en Guadalajara; ahí es cuando el resto de las regiones de la entidad quedan 🤡.

Pero bueno, si el centralismo ocurre con los servicios públicos, la educación y otros rubros ¿por qué no habría de pasar con el periodismo y, por ende, con el periodismo cultural?

La realidad es que los medios de comunicación tradicionales jerarquizan la información a partir de qué tan próximo es un tema con su lector, escucha o televidente.

Entonces, tiene todo el sentido del mundo que desde la Perla Tapatía poco les interese lo que ocurre en municipios como Encarnación de Díaz, Cabo Corrientes, Bolaños o Pihuamo.

Y todo bien con eso, no tienen por qué cubrir todo desde la capital; sin embargo, hay que decirlo y escribirlo (incluso en planas de 100 renglones para que a nadie se le olvide): “Guadalajara no es todo Jalisco”.

Por ello, es importante que exista quienes asuman el papel de reporteros culturales en las diferentes regiones. No basta con que haya cronistas, historiadores, artistas o quienes han sido testigos de acontecimientos históricos.

Sin duda, un poco de todos ellos hay en cada localidad, pero lo que poco hay es una persona que vaya a preguntarles qué están haciendo, para después dar a conocer la información.

Ya he escuchado el pretexto: “me gusta el periodismo, pero no tengo un medio” y claro, no es fácil hacerse de uno, pero por algo se empieza:

Se puede pedir un espacio en medios locales ya existentes, hasta valerse de los grupos de compra-venta en Facebook para publicar, o en su defecto vía cadenas de WhatsApp con vecinos de la zona; cualquier medio es bueno para difundir.

Sobre el tema de los dineros, eso ya es harina de otro costal de la que después platicaremos, porque sí URGE URGE financiarlo; pero por lo pronto, vengo a invitar a colegas periodistas a que no se olviden de la fuente de cultura, que para nada es frívola y que se da en abundancia en cada región donde habite un grupo de personas.

¿Por qué es importante hacer periodismo cultural?

Porque la cultura es la serie de productos que el ser humano ha creado para satisfacer sus necesidades básicas, desde físicas, emocionales e intelectuales; casi casi que todo es cultura.

Del hambre nació la gastronomía, de la necesidad de refugio nació la arquitectura, del vestir la creación de ropa, de la necesidad de emocionarnos nacieron las artes: pintura, escultura, teatro, cine, poesía.

Si no hay quien difunda lo que está pasando hoy o pasaba antes con estas necesidades –pienso yo–, quizá nos estamos olvidando de algo elemental de nuestra humanidad asentada en un punto geográfico común, también llamado región.

Además, ¿a poco no es emocionante, como reportero, desmitificar esos imaginarios que se han buscado imponer por años desde un lugar remoto como una ciudad capital?

Por eso, como reporteros culturales en Jalisco hay que recordarle a la gente que cada región es más de lo superficial que sabemos de ellas.

  • El Norte es más que una tierra inhóspita donde viven pueblos originarios.
  • El Sur es más que tierras de fiestas eternas y prolíficos artistas.
  • La Costa Sierra Occidental y la Costa Sur son más que pueblitos frente al mar que son atractivos para el turismo voraz.
  • Los Valles son más que las rutas de agave donde el tequila es inagotable.
  • Los Altos Norte y Altos Sur son más que la tierra ferviente de hombres y mujeres gallardas, que tanto se presumió con el Cine de Oro mexicano.
  • Las regiones Sureste y Lagunas son más que pueblos mágicos para visitar cada fin de semana.
  • La Sierra de Amula es más que caminos de arrieros y tierras calientes.
  • La Ciénega es más que terrenos fértiles para la agricultura.
  • Incluso la Centro, las más hegemónica de las regiones, es mucho más que el Área Metropolitana de Guadalajara.

Las regiones son las historias de su gente, de sus luchas, de su patrimonio natural, de sus bienes culturales, de toda aquella dinámica que configura identidades diversas, incluso algunas que se contraponen entre sí.

Y por ello el periodismo cultural debe voltear a ver eso, para cuestionar, contrastar, investigar, descubrir, redescubrir y darlo a conocer, ya sea en forma de texto, sonidos o audiovisual.

Que no nos dé miedo conocer nuestras regiones culturales, ya sea en Jalisco o en cualquier parte del mundo.

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FuenteCuarenta y Uno
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Iván Serrano Jauregui
Reportero de Ciudad Olinka. Ha colaborado en Gaceta UdeG, Kä Volta, Revista Colibrí, El Diario NTR Guadalajara, Radio UNAM y Radio UdeG Ocotlán.