

En lo alto de la Sierra Occidental de Jalisco, Rolland ve los valles trazados por barrancas inundados por una marea de nubes en aquello que considera su hogar desde hace cuatro décadas.
Es el municipio de San Sebastián del Oeste, el lugar donde este hombre francocanadiense de 70 años vive.
Luego de tantos años, él ha decidido que tiene que hacer las paces con su pasado, pues en ese entonces fue exiliado por su familia debido a su orientación sexual.
Hoy tiene un cometido: recuperar a su hija y formar parte de la vida de sus nietas.
Pero se topó con algo inesperado: encontró que toda idea sobre él había sido borrada.
Esta historia de la vida real se cuenta en el cortometraje documental Home again, creado por Lilian Mendoza, Salvador Romero, Mario Tena y Sebastián González, egresados de Artes Audiovisuales del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Un trabajo en equipo desde las aulas
Home Again nació en las aulas del Departamento de Imagen y Sonido (DIS) de la UdeG y, con el tiempo se convirtió en un filme que ha conectado con públicos de distintas latitudes.

Ya ha sido parte de la selección de festivales como Ambulante, Cinema Queer, Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión (BAFTA por sus siglas en inglés) y Zanate.
Este proyecto, que reúne el trabajo de dirección, fotografía, edición y diseño sonoro de un grupo de jóvenes cineastas destacó en la 20ª edición del Festival Shorts México, uno de los espacios de difusión de su tipo en el país.
Home again, una historia que resonó en lo personal desde San Sebastián del Oeste
Home again nació de la asignatura de Territorios interiores, un programa en el que el alumnado del DIS viaja a las regiones de Jalisco en búsqueda de historias comunes pero universales.
Es así como en San Sebastián del Oeste conocieron a Rolland, el protagonista de la película.

“Nosotres conectamos mucho con Roland porque su historia resonaba con lo que estábamos viviendo en ese momento”, compartió Salvador Romero, director, fotógrafo y editor del filme.
Aunque dura apenas 23 minutos, la producción requirió dos años de trabajo.
El rodaje tomó tres semanas, la escritura, reescritura, montaje y la postproducción se extendió por más de un año.
Lilian Mendoza, directora y editora, explicó que con el apoyo de FILMA Jalisco, que otorga el gobierno de Jalisco, lograron finalizar el proyecto
“La investigación duró dos semanas, luego otra quincena fue para escribir. Después regresamos a Guadalajara y ahí comenzó una etapa de reescritura dentro del montaje que tomó alrededor de año y medio”, dijo.

Colaboración que se siente en pantalla
Para sus creadores, la clave estuvo en la comunicación y en la química que surgió de manera orgánica durante el proceso.
“Fue la primera vez que trabajábamos juntes, y se dio de una forma muy amable. Cada quien aportó desde su propia experiencia y sensibilidad, y eso quedó plasmado en la película”, dijo Sebastián González, fotógrafo y director.
El equipo reconoce, sin embargo, que el cine emergente en México enfrenta obstáculos estructurales, entre ellos la falta de reconocimiento a la labor creativa.
“Es complicado dignificar esta profesión. Muchas veces se explota a los creadores y se paga muy poco. Ahora, como egresades, buscamos formas de hacer cine sin que sea gratuito ni precario”, comentó el sonidista Mario Tena.

Próximos pasos de Home Again
El cortometraje continuará su recorrido en salas de cine del país.
Se espera que en septiembre llegue a la Cineteca Nacional de la Ciudad de México, mientras que en octubre llegará a pantallas de Guadalajara.
También se planea su distribución en otros países de Latinoamérica, como Argentina.
Texto inspirado de un texto informativo de la Universidad de Guadalajara.
Fuente: Universidad de Guadalajara
Información: Anashely Elizondo
Fotografías: Iván Lara González




