El Museo Memoria LGBTTTIQ+ México es el primero en su tipo en todo el país, “¿por qué?, porque no está escrita nuestra historia”, como lo ve su fundador, Jaime Cobián Zamora, activista, promotor cultural y político.

Ubicado en la calle 8 de Julio número 76, en el Centro de Guadalajara, tal museo es el primero en abarcar el recuerdo sobre la diversidad sexual en México, desde la evidencia histórica plasmada en papel.

Aquí se cuenta con un acervo de más de 35 mil piezas y se exhiben más de 300, que dan un viaje en el tiempo a través de notas periodísticas, revistas, panfletos, folletos y otros documentos.

Es un viaje por aquello que durante generaciones ha ido fuera del tono conservador, en las manifestaciones del afecto, del comportamiento, del propio ser.

“Este es un recorrido con la intención de conseguir vivir en libertad”

“Para que vivan con plenitud, que expresen sus afectos”, expresó Jaime Cobian.

¿De dónde viene la intención de abrir este museo?

A decir de Jaime Cobián, fue con el propósito de formar un espacio donde se visibilice la diversidad sexual y el cómo ha sido tomada con el paso de los años.

Que se logra tras un proceso de investigación y recopilación de material que data de hace más de 30 años, por parte del activista.

Dichos documentos no sólo fueron recabados, sino validada y clasificada, para “darle forma y entenderla”.

Tras ello, el fundador hizo ensayos basados, hasta en cuatrocientas referencias documentales, donde se encontró más de 220 motes utilizados durante 200 años.

Después, Cobián continuó con fotografías y demás, y al contar con todos estos archivos, es que se decidió por crear este nuevo museo.

Así, lo que se exhibe es “dando a conocer de donde viene esta construcción de identidad” sobre la diversidad sexual en México, en sus acepciones, y tratamientos.

Aquí se busca romper con creencias tradicionales mal entendidas y estereotipos, al encontrar un acercamiento a las raíces.

Con esto se incentiva dejar de pensar que México es una semilla germinada de lo que pasó en Estados Unidos, pues “los mexicanos, los americanos y todo el continente tenemos nuestras propias historias”, señaló Jaime Cobián.

Las dificultades para lograr un museo

Durante tres décadas, Jaime Cobián ha tenido que sortear distintos problemas en el largo camino de entender la historia de la diversidad sexual.

Mencionó que él y activistas que trabajaban en los mismos temas que él, “no sabíamos de narrativas, no sabíamos de investigación, no sabíamos de la exigencia de derechos”.

Además, las variantes en el lenguaje conforme las épocas era un obstáculo para encontrar aún más información.

“Así me di cuenta que para encontrar la memoria, para encontrar cosas que hablaban de nosotros, pues tenía que aprender cómo se hablaba de nosotros en determinada época”, recordó Jaime Cobián.

Por otro lado, el financiamiento es otro de los temas que rodean al pionero museo tapatío, como una problema persistente.

Pues ha sido prácticamente nulo, ya que este espacio, que busca consolidarse como una fundación, no ha recibido apoyo del gobierno o del altruismo de la ciudadanía.

Por lo tanto, es el propio Cobián quien se encarga del financiamiento de este museo y, en ocasiones, con ayuda de algunos vínculos cercanos, tanto en lo financiero, como en la gestión de las exposiciones y materiales presentados.

Qué decirle a aquella persona alejada a estos temas

El mensaje es “vengan a encontrarse con algo que no conocen”.

Pues es necesario conocer que los derechos que hoy comienzan a existir fueron precedidos de personas que “lucharon, que dieron su vida”.

Dijo que se formó una brecha entre los distintos sectores sociales, al intentar justificar que alguien que no fuera heterosexual.

O que por no comportarse de acuerdo a los preceptos más tradicionales no eran “dignos de ser considerados ni como seres humanos”.

La discriminación también la han sufrido aquellas voces que fueron silenciadas, con en una historia que “ha sido tratada de borrar, tratada de olvidar”, agregó.

Reconocer una realidad que no se quede en la celebración

Más allá de satisfacciones por la apertura de este museo, Jaime Cobian ha hecho “lo que he creído que debe de hacerse”.

Pero el trabajo no ha terminado, al contrario, este museo solo es “un medio más” para intentarlo.

“Todavía hay leyes, reglamentos y códigos que no están armonizados a nuestra constitución estatal”.

Y hasta que esos cambios sucedan, cree que entonces podrá hablar de satisfacciones.

Por eso, asegura que “ninguna de las iniciativas de leyes puede ser celebración”.

“Porque hay que pensar en todos aquellos que les negaron ese derecho y murieron por eso”.

“No puede haber celebración, pues tenemos que seguir exigiendo”.

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Eladio Quintero Hernández
Reportero de Ciudad Olinka. Estudió Periodismo en el CUCiénega de la UdeG. Ha colaborado para medios como El Descafeinado.