Ballena jorobada cerca de una lancha


Cada año las ballenas jorobadas llegan a la Costa de Puerto Vallarta, Jalisco, y Bahía de Banderas, Nayarit, después de una larga migración en plena madurez sexual para aparearse, parir o criar.

Esta bahía es uno de sus lugares preferidos del Pacífico mexicano, que tiene una mayor concentración de especies.

“Es una especie carismática, en todo el mundo se las aprecia”.

Con las ballenas la gente tiene muy buena disposición de aprender, su conocimiento se difunde no sólo en libros, también en internet y redes sociales, es un tema muy bien conocido en la mayor parte del mundo”.

Esto lo comparte la doctora Rosa María Chávez Dagostino, del Departamento de Ciencias Biológicas del Centro Universitario de la Costa (CUCosta) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Para la académica, la Bahía de Banderas reúne las características propicias para la reproducción y crianza de las ballenas, documentadas desde hace más de 500 años.

Aunque la migración puede estimarse en miles de años, un proceso que se repite año con año por las características de la bahía.

Ballenas jorobadas llegan a las aguas cálidas de Jalisco en temporada invernal. Fotografía: CUCosta

“La parte de la bahía es somera, menos profunda, y en la parte del centro sur es más profunda, o muy profunda”.

En la parte norte se facilitan las tareas de alimentación de crías y de dar a luz, además de la cópula entre macho y hembra”.

“Tiene las características adecuadas, pero sobre todo las temperaturas más cálidas”, contó Chávez Dagostino.

Ser un atractivo turisítico afecta a las ballenas

La temporada de avistamiento empieza en la primera semana de diciembre y acaba en abril.

Esto atrae a los turistas, que encuentran una amplia gama de servicios a lo largo de Puerto Vallarta, Jalisco, y Bahía de Banderas, Nayarit.

Y aunque dichos servicios ecoturísticos para la observación de ballenas jorobadas en la bahía requieren el cumplimiento de la norma de ley para protección de la fauna, hay una situación recurrente:

Con el afán de satisfacer las peticiones de los turistas observadores por la cercanía, suelen romper la norma que establece una distancia mínima de 60 metros con los mamíferos marinos.

Es así como Rosa María Chávez Dagostino estudia el impacto de la actividad ecoturística, el crecimiento de la oferta y el cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana NOM-131-SEMARNAT-2010.

Embarcaciones en Puerto Vallarta, vistas desde lo alto de la Zona Romántica. Fotografía: Iván Serrano Jauregui
Embarcaciones en Puerto Vallarta, vistas desde lo alto de la Zona Romántica. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

Esta NOM es la que regula la observación de ballenas:

  • Lo relativo a su protección.
  • Y la conservación de su hábitat para evitar riesgos, lesiones, alteraciones en el comportamiento de los procesos biológicos en los mamíferos marinos.

“Los turistas, generalmente, quieren ver muchas ballenas y también tienen interés por aprender sobre la vida de éstas y el contexto en el que viven; verlas lo más cerca posible”.

“Esto, independientemente de su origen, nivel educativo y experiencias con estos animales”, dijo.

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Barcos realizan más de 900 viajes para ver ballenas

La investigadora estimó que en la bahía circulan 200 embarcaciones dedicadas al avistamiento de ballenas.

La mayoría sólo sale una vez al día, aunque las más pequeñas pueden salir hasta cinco veces. En promedio, durante la temporada alta se realizan 920 viajes diarios.

Estos servicios turísticos alteran el comportamiento de las ballenas.

@conectapuertovallarta YA están llegando, uno de los atractivos más grandes que Puerto Vallarta ofrece al mundo es el avistamiento de ballenas. No existen palabras para describir lo impresionante que resulta ver a estos majestuosos y enormes animales salir del agua para asombrarnos con su gran tamaño. Visita nuestro puerto durante la temporada de ballenas y déjate maravillar por este asombroso espectáculo de la naturaleza. #ballena #Ballenas #avistamientodeballenasjorobadas #puertovallarta ♬ sonido original – Conecta Puerto Vallarta

Mientras los turistas observan, los animales tratan de evitar las embarcaciones que están en su ruta, lo que altera procesos como la alimentación de las crías y provocan estrés en las ballenas adultas.

“Cuando hay embarcaciones observando, las ballenas cambian de rumbo y duran más tiempo en salir a respirar”.

“Es decir: las ballenas hacen buceos más profundos, esto pasa cuando las embarcaciones las acosan”, añadió la especialista del CUCosta.

Cuando hay mucho tráfico se incrementa el riesgo de colisión con las ballenas.

Además, la investigadora y su equipo ya exploran si el ruido del mar puede afectarlas.

El ruido en el mar puede ensombrecer el tipo de comunicación acústica de los mamíferos marinos“.

“Y puede hacer que si el animal avanza en grupos hacia los turistas y se les acosa, cambian de rumbo, y esto es un gasto extra de energía y tiempo invertido en esquivar”, informó Chávez Dagostino.


Este texto parte de una boletín informativo publicado por la Universidad de Guadalajara.
Información: Adrián Montiel
Fotografías: CUCosta

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FuenteUniversidad de Guadalajara
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Adrián Montiel González
Colaborador en Ciudad Olinka. Ha laborado para medios como Gaceta UdeG, Radar Sonoro, El Diario NTR Guadalajara y A dónde van los Desaparecidos.