Las implacables luchas que a diario viven la comunidad indígena de Mezcala de la Asunción (en Poncitlán), el Comité Salavabosque del Nixticuil (en Zapopan) y el colectivo de Mujeres Papatistas (en Guadalajara) son retratadas en el documental Semillas contra el despojo.
Se trata de un largometraje creado por un equipo de mujeres egresadas de la licenciatura en Antropología del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara.
Fueron cinco años lo que le llevó consolidar esta obra audiovisual a su directora, María Antonieta de la Puente Díaz, quien también fungió como guionista y productora junto con Mónica Gallegos.
[ Este filme, que fue gestionado y creado de forma autónoma, ya se puede ver en la plataforma de streaming FilminLatino, que está especializada en cine latinoamericano ]
“Las historias abordan la lucha contra el despojo, la defensa del territorio y la creación de un mundo posible. Las tres son una lucha social contra el sistema, aunque cada colectivo lo vive de forma muy distinta”.
“En Mezcala es la defensa del territorio ancestral, en el Nixticuil la del bosque ubicado al norte de Zapopan y el de las Papatistas una lucha contra la explotación de su cuerpo”, detalló De la Puente Díaz.
“Fue una gran sorpresa. No estudiamos cine, pero esto fue como estudiar una segunda licenciatura, hicimos cine de forma autodidacta”.
“Es un trabajo hecho con mucho esfuerzo, amistad y compromiso ético y político con cada una de las historias. No es un trabajo independiente, sino autónomo”.
La directora aseguró que la creación del filme fue maravillosa por el esfuerzo, que dista un poco del ejercicio de la Antropología.
“Tuvimos que aprender de los quehaceres propios del cine, como fotografiar, usar equipo de sonido, de cámaras, hacer un guion, componer”, indicó De la Puente Díaz.
Menciona que cada lucha plasmada en el documental es una muestra de resistencia contra el sistema que busca despojar, motivo por el cual buscaron que el producto final fuera digno y estuviera a la altura.
Entre las colaboradoras del filme están Katia Padilla, jaranera que hizo la música original; Alma Soto Anaya, sonidista; Mónica Gallegos, productora, y Bárbara Chavelas, postproductora.
Muestran las luchas desde su interior
La cotidianidad en la vida de los integrantes de los distintos colectivos es el hilo conductor del documental, explicó la fotógrafa y videoasta Diana de la Mora Márquez, quien estuvo encargada de la edición.
“En Mezcala se retrata la comunidad entera, se hace una fotografía general en labores como la pesca, la siembra de chayote, las danzas. A través de la cotidianidad se construye la historia, hay escenas muy contemplativas que hacen inmersión a la historia”.
“En el caso del Nixticuil se ve cómo hacen labores de reforestación o cuando cuidan de que no hayan incendios, así como su vida íntima con las familias”, expresó De la Mora Márquez.
Las historias, incluso, las cuentan mujeres: en la comunidad de Mezcala está la voz de la comunera Rocío Moreno; en el caso del Comité Salvabosque son dos mujeres: Adriana H. Claro y Sofía Herrera Rivera.
Por parte de las Papatistas, éstas son una cooperativa de una familia de mujeres que vienen de una historia de despojo en el norte de Jalisco.
Pues hace 50 años, su abuela se vio forzada a vivir en Guadalajara y optar por vender papas doradas para salir adelante.
“Ahora su hija y nieta decidieron formar la cooperativa para no depender de una empresa, patrón o del Estado”.
“Entonces trabajan en sus tiempos, ritmos y formas. Juntas han aprendida a sanar heridas familiares y así reivindicar la historia de su abuela y hacer más vivible su estancia en la ciudad”, detalla la directora del largometraje.
Para conocer más de esta película se puede seguir su página de Facebook: Documental Semillas contra el despojo.
“Estas tres historias, la forma en que las narramos, dan a entender que es la misma lucha”, recalcó De la Puente Díaz.
Fuente: La Gaceta de la UdeG
Información: Iván Serrano Jauregui
Fotografías: Cortesía