Puerto Vallarta, por Jorge Monroy

La magia nació cuando tenía 16 años cumplidos. Jorge Monroy (1951) conoció la acuarela cuando era apenas un estudiante de la Escuela de Artes de la Universidad de Guadalajara.

Fue así que la primera técnica que conoció fue también la que jamás dejó.

Y hasta hoy, gracias a que la dominó de forma magistral, dicho artista deja un gran legado pictórico en la memoria de los paisajes en Jalisco desde hace más de cuatro décadas.

Sus obras son instantes congelados en donde se erigen templos, se mojan fuentes, reverdecen cerros, se abren puertas de pueblos, discurren mares, ríos y lagos, platillos se apetecen.

“Es mi legado a Guadalajara y a Jalisco”, dice con orgullo el pintor.

Laguna de Teuchitlán, por Jorge Monroy
Jorge Monroy pintando un mural
Jorge Monroy. Fotografía: https://revistamedicamd.com/

Siempre fui admirador de los paisajes, de los pueblos, las tradiciones y los valores que se conservan en lugares remotos, como la arquitectura, la vestimenta”.

“Siempre he tenido la necesidad de plasmar esto en mis acuarelas”.

La lista personal de Jorge Monroy, de los municipios visitados y pintados, data de 1976 y llega 2020. 

Y aunque cualquiera pudiera pensar que ya los retrató a todos, dijo que “curiosamente me faltaban los más cercanos a Guadalajara”.

“Entonces me di a la tarea de completarlos, pero me faltan cuatro y cinco; de ahí en más la mayoría ya los he pintado”.

En mi catálogo están 250 acuarelas de Jalisco, entonces hay muchos municipios repetidos porque tienen varios atractivos”.

Jesús María y Jalostotitlán, de Jorge Monroy

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A decir del poeta Jorge Souza Jauffred, “las acuarelas de Jorge Monroy nos revelan la profundidad de este Jalisco nuestro y nos conduce a parajes y horizontes que nuestra mirada cotidiana acostumbra ignorar”.

“Nos hace entender por un instante que nuestro territorio es un espacio abierto hacia la vida”.

El poeta destaca que, para quien nos conozca la obra de Monroy aún, mediante sus acuarelas “muestra que cada sitio posee su propio resplandor”.

“Una cúpula erguida entre los sueños, una mañana que arde en la mirada, la fachada barroca de algún templo, un monte en donde oficia el viento su misterios, la charrería y sus suerte, el mariachi, todo es fuente y motivo para el creador, todo descubrimiento en su acuarela“.

Siempre a pintar en el lugar

La consigna de Jorge Monroy es buscar lugares, los más representativos o bonitos, y luego recrearlos en ese instante.

Puente de Calderón en Zapotlanejo, de Jorge Monroy

Así fue como él trabaja desde hace 50 años, cuando emprendió el camino de una técnica que se combinó perfecto con otro gusto: viajar.

“Salí de la escuela en 1973. Tuve la fortuna de tener muy buenos maestros, los mejores que ha tenido la escuela”.

Principalmente el maestro Alfonso de Lara Gallardo, quien creía mucho en la acuarela, él fue quien trajo la acuarela a Guadalajara y yo la adopté desde el primer momento”.

Él me enseñó que tenemos que pintar directamente, no a través de otros medios, esa es la mejor la forma de captar: hay que estar observado y absorbiendo lo que está pasando en ese momento, hay que meterse en el cuadro, así he hecho todas mis acuarelas“.

Mostrar a Jalisco cada domingo, el proyecto de Jorge Monroy

Una propuesta llegó a la puerta de Jorge Monroy en 1976. El periódico tapatío El Informador le pidió que cada semana entregara una acuarela.

Nevado de Colima y Mascota, de Jorge Monroy

La condición era flexible: tenían que ser de paisajes mayoritariamente de Jalisco y lugares cercanos a la entidad.

Fue como ganarse la lotería para el pintor, pues se combinaron dos pasiones: pintar y viajar, además de que le pagarían por hacerlo.

“Lo que yo pintaba se publicaba, y eso resultó ser una combinación muy buena, porque yo tenía libertad de ir a donde quisiera, simplemente se publicaba”.

“Fueron 44 años de publicar ininterrumpidamente, cada domingo una acuarela”.

Fue entonces que pasaron 44 años en los que el suplemento cultural llamado Pasaporte mostró 2 mil acuarelas, de las cuales alrededor de 250 eran de lugares Jalisco.

“Luego tuve la oportunidad de viajar por todo el país, fue un privilegio buscar los mejores lugares, estar ahí y pintarlos”.

Dichas acuarelas hoy forman parte del acervo de la Fundación Carlos Álvarez del Castillo; sin embargo, el autor posee algunas copias.

Después de años de no haber salido a la luz después de su publicación, el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), junto con el Gobierno de Guadalajara, presentan la muestra Acuarela de luz, esto es Jalisco.

Ocotlán, de Jorge Monroy

Dicha exposición es pública y se encuentra en la Plaza Reforma del Paseo Alcalde, justo en frente a la Casa de los Perros.

Se trata de 75 acuarelas de paisajes de los pueblos de Jalisco, acompañada de textos poéticos de Jorge Souza Jauffred.

Será el 15 de noviembre cuando la Acuarela de luz, esto es Jalisco se exhiba en Plaza de Armas de Guadalajara, para después terminar el 15 de diciembre.

El cambio de los paisajes en el tiempo

Jorge Monroy también es creador de murales destacados; sin embargo, son las acuarelas con las que ha documentado espacios que hoy se han trasformado o que ya no existen.

“He regresado a lugares después de muchos años y me he sorprendido de cómo se han deteriorado, destruido o remodelado, que a veces es peor.”

“Con tristeza he visto que esos valores no se reconocen”.

Chapala, por Jorge Monroy

A pesar de ello, el autor se dice contento de haber tenido la oportunidad de viajar y pintar lo que vio.

Él tiene la esperanza de que más personas accedan a su obra, y que en un futuro se realice una publicación impresa con dichas acuarelas, de las cuales la mayoría las posee a la fundación del diario El Informador.

Por lo pronto, toda persona puede cautivarse por los trazos que forman los emblemas culturales y naturales de Jalisco y sus regiones.


Imágenes: acuarelas de Jorge Monroy

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Iván Serrano Jauregui
Reportero de Ciudad Olinka. Ha colaborado en Gaceta UdeG, Kä Volta, Revista Colibrí, El Diario NTR Guadalajara, Radio UNAM y Radio UdeG Ocotlán.