Templo Expiatorio de Guadalajara. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

La idea romántica de la época medieval desató que a lo largo del mundo se crearan el estilo gothic revival o neogótico en la arquitectura.

Fue así que desde el XIX comenzó a imperar por el mundo la construcción de templos y otras fincas con elementos tan característicos de las catedrales europeas, que fueron construidas durante la Baja Edad Media.

Dichos elementos, que dan dicha identidad “gótica”, son vitrales de rosetas, arcos en formas de ojivas, bóvedas de crucería, contrafuertes, pináculos y altas torres que “se acercaban a Dios”.

Tras siglos, dicha arquitectura está relacionada con lo místico, lo religioso o incluso con lo oscuro y maligno.

En México, fue en la década de 1850, cuando comenzó a proliferar templos, hospitales, viviendas y cementerios con dicho estilo neogótico, incluso hasta 1950.

Fue entonces que Jalisco se convirtió en la entidad donde más construcciones de este tipo en el país, pues de las 488 construcciones de este tipo identificadas, 84 están en municipios de Jalisco (19.91 por ciento).

Interior del Templo Expiatorio

Mientras que en segundo lugar queda la Ciudad de México, con 47 (11.14 por ciento) y en tercero, Guanajuato, con 37 (8.77 por ciento).

Jalisco se impone con arquitectura neogótica

Esto se da a conocer en el libro de arquitectura Neogótico en Jalisco. Guía básica para la apreciación del entorno cultural edificado, de Martín M. Checa-Artasu, editado por Arquitónica en 2021.

Dicha publicación es relevante, porque da cuenta del patrimonio edificado con dicho estilo.

Por ello, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) otorgó el Premio Francisco de la Maza 2022 al autor, Checa-Artasú, originario de Cataluña, España, y es académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“En México, el neogótico es un estilo que se relaciona como elemento de reivindicación de la propia iglesia católica frente a los embates anticlericales del Estado Mexicano, especialmente de los periodos de gobierno de Benito Juárez y Lerdo de Tejada“.

Interior del Templo del Padre Galván o de Nuestra Señora del Rosario. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

En el Porfiriato se vuelve a utilizar como reivindicación de la iglesia, para recordar que era paradigma moral mexicano”, explicó el autor durante la presentación de su libro.

El autor exploró construcciones de arquitectura neogótica a lo largo de Jalisco, con ayuda de la editorial Arquitónica, siendo uno de los pocos que estudia el neogótico en el país y el estado.

“Me siento lobo solitario, porque es un tema que casi nadie ha trabajado, hay muy pocas investigaciones hechas. Es reciente que relativamente que personas se pongan a trabajar en este asunto”, dijo durante la presentación del libro en la ESARQ.

Algunas edificaciones con arquitectura neogótica en Jalisco:

Parroquia de Santa María de Guadalupe, en Degollado

Inició su construcción el 18 de febrero de 1865, a petición de los vecinos de la Hacienda de San Ignacio de los Encino, antes perteneciente a Ayo el Chico.

Parroquia de San Luis de Tolosa, en San Luis Soyatlán, Tuxcueca

Concluida en 1885, justo a un costado de la carretera al borde de la Ribera Sur del Lago de Chapala, que conecta a las regiones Sureste y Ciénega con Michoacán.

Parroquia de San Luis de tolosa, en San Luis Soyatlán, Tuxcueca. Fotografía- Iván Lara González

Templo de San José Obrero, Arandas

Icono de la Región Altos Sur, este recinto data de 1879, cuando el comerciante Manuel Camarena dona el terreno para la construcción de un templo dedicado a dicho santo.

Si bien se construyó uno, éste fue demolido y reconstruido entre 1902 y 1908. Es de planta de cruz latina de 63 metros de largo, 13.35 metros de ancho y 28.60 de crucero. Se caracteriza por su rosetón.

Arandas, templo de San José Obrero
Templo de San José Obrero en Arandas. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

Templo de Nuestra Señora del Rosario o Templo del Padre Galván

Se encuentra en el barrio de El Retiro de Guadalajara y data de 1913.

El arzobispo Orozco Jiménez buscó construirlo como una capilla “para potenciar un acto de constricción ante la Virgen”, tras los embates de la Revolución y los efectos contra la iglesia.

Fue encomendado al sacerdote José María Martín del campo, quien den 1920 decidió enterrar ahí los restos del padre David Galván Bermúdez, asesinado en 1915 “por su condición de religioso”.

Arco del Templo del Padre Galván o de Nuestra Señora del Rosario. Fotografía: Iván Serrano Jauregui 1

Se caracteriza por su portal en forma de arco ojival, decorado por una corte celestial de ángeles con instrumentos de mariachi.

Templo Expiatorio

La primera piedra se puso el 15 de agosto de 1897 en un predio de 4 mil 500 metros cuadrados en la hoy esquina de López Cotilla y Enrique Díaz de León, en Guadalajara.

Fue pensado para la exposición perpetua del llamado Cuerpo de Cristo, los 365 días del año, ya que se buscaba fomentar el sacramento de la Eucaristía.

Imagen del templo Expiatorio en la Colonia Moderna de Guadalajara,. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

Se caracteriza por su monumentalidad, sus torres, las tres naves y los vitrales que filtras luces coloridas y que muestran escenas de la Biblia.

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La máxima representación del neogótico en Guadalajara

También está la  Catedral Basílica de la Asunción de María Santísima, mejor conocida por los habitantes de Guadalajara como la Catedral Metropolitana de Guadalajara.

Su principal característica neogótica son sus torres, que fueron reconstruidas en 1854, por el ingeniero Manuel Gómez Ibarra, tras un sismo que derrumbó las anteriores,

A decir del doctor Ignacio Gómez Arriola, estudioso del patrimonio cultural en Guadalajara, fue un obispo quien vió en su plato de comida con un grabado de una torre de alguna catedral de Europa y pidió a un arquitecto que hiciera unas iguales para la Catedral.

Catedral Metropolitana de Guadalajara. Fotografía: Iván Serrano Jauregui
Catedral Metropolitana de Guadalajara. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

“Son conocidos como los famosos cucuruchos de Guadalajara. Durante mucho tiempo esa silueta de la catedral, con el peinetón y las dos pirámides alargadas resultó la imagen emblemática de la ciudad“.

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“Esa imagen se ha reproducido mucho y llega incluso a los panteones donde en las tumbas están ‘los dos piquitos levantados'”.

“La arquitectura genera identidad y la arquitectura neogótica generó identidad tapatía”, compartió durante la presentación del libro.

A decir de Martín M. Checa-Artasu, las torres de la Catedral de Guadalajara y el mausoleo de la familia Luna Corcuera del Panteón de Belén son los primeros vestigios del neogótico en México.

“Gómez Ibarra era fan de este estilo. Jacobo Gálvez hizo ese mausoleo en 1854, y si se fijan verán esos cucurochos también se ve esas pirámides en las torres y en las tumbas, son los primeros del país que tenemos documentados con certeza. Es el lugar de México donde están los primeros ejemplos de este estilo”, explicó.


Fotografías: Iván Serrano Jauregui e Iván Lara González

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Iván Serrano Jauregui
Reportero de Ciudad Olinka. Ha colaborado en Gaceta UdeG, Kä Volta, Revista Colibrí, El Diario NTR Guadalajara, Radio UNAM y Radio UdeG Ocotlán.