En el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la Universidad de Guadalajara existen dos obras de uno de los muralistas más influyentes de Jalisco: José Atanasio Monroy, originario del municipio de Ejutla, Jalisco.
Estos dos murales serán parte de un proceso de restauración y conservación, ya que han sufrido algunos estragos a causa del tiempo, pues se trata de dos obras antiguas.
Dichos murales son Paz y trabajo (que data de 1945) y Los años 70s (de 1970), situados en el vestíbulo del campus universitario, ubicado en Boulevard Marcelino García Barragán, en Guadalajara.
Quien se encargará del estudio, para definir qué obras, y de qué manera serán restauradas, y recibirán el mantenimiento es Gustavo Alemán Castañeda.
Es licenciado en Restauración por la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO), y maestro en Valuación por la UdeG.
“Las labores que vamos a desarrollar sobre las pinturas están enfocadas en la estabilización y a la conservación de los murales”, señaló Alemán Castañeda.
“Vamos a trabajar con estas obras, estabilizándolas, y valorando las intervenciones anteriores que ya se realizaron sobre la misma, y determinando en su momento cuáles pueden permanecer, cuáles no ponen en riesgo su estabilidad general, y cuáles otras trabajaremos directamente sobre ellas”.
Primero se trabajará con la estabilización material, para después pasar a la mejora de la parte estética y visual.
También anunció que será acompañado por un conjunto de colaboradoras, quienes son restauradoras, con quienes ya ha trabajado en diversas ocasiones.
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El valor simbólico de los murales
El rector del CUCEI, Marco Antonio Pérez Cisneros, destacó cómo surgieron estos murales, en los que José Atanasio Monroy dio una muestra de su percepción de la realidad de aquellos ayeres.
En estos murales plasmó su idea sobre el progreso de la sociedad, y de cómo debían darse estos procesos con la educación de la mano.
Esto no fue bien recibido por aquellas figuras posicionadas en el poder en Jalisco, por lo que tuvo que irse a Estados Unidos durante 22 años.
Una vez de vuelta en México, pudo continuar con su obra. Por ello, el rector Pérez Cisneros, comentó:
“Si ustedes la observan (la obra de Monroy) no habla más que de los problemas típicos de la época, y que hoy, a 60, 70 años de distancia los entendemos. Decimos, el tipo era un adelantado a su época”, dijo.
Expuso que por esas razones hoy es un símbolo para el centro universitario e insistió que son murales insignia de la diversidad que debe existir en el contexto estudiantil.
Gustavo Alemán Castañeda, restaurador e investigador del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), detalló que en el mural La paz y el trabajo existen modificaciones hechas por el mismo autor.
Por lo que se trata de un fragmento menos estable y unido, en comparación con otras partes de la obra.
Mientras que la obra Los años 70’s ha presentado presencia de sales, lo que puede complicar la estabilización de los trabajos en esa zona.
Fotografías: Abraham Aréchiga / UdeG
