Museo Cabañas, Centro de Guadalajara. Fotografía- Iván Serrano Jauregui


El libro Ciudad poema es un proyecto que nació de la inquietud de Bethsabé Ortega por saber cómo era vista Guadalajara por una amplia diversidad de poetas.

La licenciada en Letras Hispánicas y estudiosa continua de la literatura mexicana tuvo la intención de encontrar una “polifonía de voces” entre las y los diversos poetas.

Así fu como realizó una investigación sobre quienes ya han escrito al respecto, y que pudieran coincidir en sus formas para describir a la Guadalajara contemporánea.

Ella encontró diversos materiales para lograr un compilado de 61 poemas de distintas plumas, sobre experiencias de vivir en Guadalajara.

Y esto, es gracias a que esos nombres que tomó para este nuevo libro, saben lo que es vivir la ciudad, y su experiencia determina sus historias como escritores y como ciudadanas y ciudadanos de Guadalajara.

La conceptualización fue una de las claves para la construcción de Ciudad Poema, y el desarrollo de este material se dio gracias a la determinación de “avenidas poéticas”.

Estas “avenidas poéticas” son la forma en que Ortega dividió los textos de cada poeta referido en la compilación, tras tomar en cuenta los motivos y las visiones que coincidían o eran reiterativas en su investigación.

“Esta antología, más que de poetas, es una antología de poemas, porque recoge autores de muy diversas generaciones, todos muy contemporáneos, para hablarnos de la poesía jalisciense en el siglo XXI, a propósito de la ciudad”, comentó Ortega.

Las “avenidas poéticas” que atraviesan la “Ciudad poema”

¿Qué simboliza a una ciudad? ¿La sobre población? ¿Sus edificaciones? ¿El tránsito?

En Guadalajara, a mediados del siglo XX, si hay que encontrar uno de los principales cambios efectuados tiene que ver con el expansionismo.

Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

Para llegar a la modernidad se destruyeron edificios históricos a causa del ensanchamiento de calles, que se convirtieron en avenidas, necesario esto para facilitar el flujo vial por la gran cantidad de automotores que ya llegaban.

¿Las avenidas parecieran destructoras? Pues las avenidas en Ciudad Poema, gracias a Bethsabé Ortega, alinean el imaginario tapatío, y buscan construir una identidad de lo que es la Guadalajara de hoy.

Estas avenidas son nueve, cada una con un nombre, y por su puesto, un por qué.

Avenida Sublimación

Donde se “bordea el primer cuadro de la perla tapatía”, donde la arquitectura recuerda a un pasado “idealizado donde todo fue mejor”.

Se hace, con estas ideas, una contemplación de la importancia turística de la ciudad, y de sus recorridos entre historia edificada.

Avenida Yerma

En esta avenida, el motivo es la naturaleza “fecunda, que se ve disminuida por los espacios restringidos que existen para que nazca la naturaleza y que están minimizados. Se habla de una naturaleza en la ciudad fragmentada, contaminada, dejada”, y que la dejan yerma.

Avenida Desrealizada

La secuencia de poemas aquí hablan de una “extrañeza en la ciudad, de la ciudad que este es su presente”, pero a la que se le hicieron diversas modificaciones, y que en el futuro ya no será la misma para sus habitantes, como lo que ya es hoy.

Avenida Contemplación

Aquí se habla de poemas que hablan de elementos particulares de la ciudad, “nos va a decir el nombre de un bar, de una plaza, de un monumento, y el yo lírico que se manifiesta a través de esta secuencia de poemas, nos muestra un poco su soledad”.

Aborda la soledad, como un acto para la reflexión, en los sitios de la ciudad.

Avenida Tempestad

Para esta avenida se encontró el motivo de habitar la ciudad, donde todos los poemas de las otras avenidas hablan del “yo lírico” y lo complicado que es habitar la ciudad, pero todo lo que está afuera del “no yo” es el lado hostil de la urbe.

Avenida Afección

En esta parte se recuperan poemas que hablan de la ciudad como si fuera un cuerpo, pues se le agregan “atributos carnales, de corporeidad, pero es un cuerpo enfermo, que tien muchas apéndices, que tiene muchos órganos infructuosos que no tienen función de nada”.

Por lo que, para Ortega, “es muy interesante observar a la ciudad como un cuerpo viviente, que está en desorden, que le afecta a todos los ‘yo líricos’”.

Identidad. “Inmolación de Quetzalcóatl”, se distingue en lo alto de la Plaza Tapatía de Guadalajara. Fotografía: Pablo Miranda Ramírez

Avenida del Viaje

El transporte público toma lugar en esta sección literaria, porque los traslados son considerados por Ortega como un elemento que permite vivir el exterior.

Avenida Badía

El motivo aquí es del caminante de la ciudad, un concepto que Ortega tomó de Charles Baudelaire, y esta avenida “nos invita a viajar caminando por la ciudad”, una andanza que no es nada sencilla según se muestra en los textos recopilados.

Avenida de la Intemperancia

En esta avenida se reúnen gran parte de los poemas y en ella se habla del “espíritu de violencia que se manifiesta”, por lo que Ortega lo consideró uno de los motivos “más interesantes, cómo se manifiesta la violencia en la ciudad”.

Para ella, tal es el arraigo de la violencia, que se apropia hasta del propio lenguaje, e interviene en todas las vidas que se desarrollan en la ciudad.

Una ciudad poética en fotografías

La dedicación que Bethsabé Ortega puso en la creación de Ciudad Poema, tiene que ver con el diseño del texto, con la organización o la investigación, pero cómo hablar de una ciudad, sin el sentido visual con el cual apreciar sus locaciones.

Y esto es otro de los enlaces artísticos que logra el nuevo libro de Ortega, pues acompañó el texto con decenas de fotografías, todas tomadas por ella, que dan iconicidad a un libro que ya de por sí, es permisivo con vivir la ciudad desde las letras.

Pero la fotografía que puede brindar la ciudad, va más allá de lo antiguo hoy rodeado de otros efectos de la modernidad, sino con esos elementos que enmarcan la cotidianidad, de una ciudad que combina diversas épocas en sus construcciones.

Aparece el kiosco de la Plaza de Armas en el Centro Histórico de Guadalajara, como aparece la escultura de José Fors, llamada Árbol adentro.

Aparecen postes con cámaras de seguridad y marañas de cable, como aparece una panorámica del bosque Centinela, apuntando a la ciudad.

Este libro fue realizado gracias al Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico 2022, y puedes descargarlo en el siguiente enlace.

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Eladio Quintero Hernández
Reportero de Ciudad Olinka. Estudió Periodismo en el CUCiénega de la UdeG. Ha colaborado para medios como El Descafeinado.