Creador. Víctor Manuel Contreras en su taller de Cuernavaca, en 2011. Fotografía: José Alonso Torres, Gaceta UdeG

Del cielo bajaba la serpiente emplumada. Quetzalcóatl, el dios creador que era venerado por las culturas mesoamericanas, tuvo a un artista que lo plasmó en esculturas monumentales: Víctor Manuel Contreras Vázquez (6 de agosto de 1941 – 25 de mayo de 2023).

El originario de Atoyac, municipio de la Región Lagunas de Jalisco, dejó un legado de arte público de grandes esculturas que recuerdan los mitos de los pueblos originarios.

Pero también fue creador de alrededor de 75 obras escultóricas (todas públicas), en ciudades de 34 países.

Fue este jueves 25 de mayo, que dicho artista plástico dejó de existir en Cuernavaca, Morelos, ciudad donde residía desde temprana edad y de la que fue benefactor.

Víctor Manuel Contreras. Fotografía: Cortesía

La misión del arte es hacer la vida más rica en sus dichas y empobrecerla en sus desdichas”, comentó en entrevista para el portal La Wacha.

“La inmolación de Quetzalcóatl”, en Plaza Tapatía

Si algo da identidad a la Plaza Tapatía es “el churro” o “el cuerno” que se encuentra justo en la Plaza Tapatía de Guadalajara.

Dicha escultura, sobre una fuente, que se levanta imponente, es en realidad una alegoría al antiguo dios prehispánico Quetzalcóatl, creada por Víctor Manuel Contreras en 1982.

Se trata de la obra La inmolación de Quetzalcóatl, un conjunto integrado por cinco piezas sobre una fuente que hace la suerte de una rosa de los vientos.

Fuente “Inmolación a Quetzalcóatl”, en Plaza Tapatía.

La obra de en medio tiene 25 metros de alto y representa la flama que simboliza el fuego sagrado de la inmolación.

“En la base vemos la Luna, que simboliza la noche, que el tiempo naciendo un nuevo día”, se describe en la placa a un costado de la fuente.

Las cuatro esculturas restantes miden 6 metros, mismas que están distribuidas hacia los cuatro puntos cardinales.

Éstas significan cuatro alegorías de la transformación del hombre en Dios, por lo que combinan tres conceptos del dios Quetzalcóatl: la serpiente, lo físico; el humano, lo mental, y el ave, lo espiritual de la naturaleza humana.

Inmolación de Quetzálcoatl, del artista tapatío Víctor Manuel Víctor Manuel Contreras Vázquez, en Plaza Tapatía. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

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“En la parte superior podemos ver al hombre elevándose, quien con su brazo derecho señala al infinito, convirtiéndose en un ave en vuelo, que simboliza al Sol, al nuevo día, al tiempo que todo transforma y nada lo consume”, se explica en una placa descriptiva.

La obra fue inaugurada el 5 de febrero de 1982 y en 2003 fue restaurada por el propio Víctor Manuel Contreras.

La leyenda de Quetzalcóatl, contada por el artista

Aunque Quetzalcóatl fue considerado una divinidad, la tradición oral lo remite a un estado mortal, mismo que Víctor Manuel Contreras buscó representar en sus esculturas.

En entrevista para el Sol de Cuernavaca, el artista contó la leyenda:

Identidad. La obra “Inmolación de Quetzalcóatl” se distingue en lo alto de la Plaza Tapatía de Guadalajara. Fotografía: Pablo Miranda Ramírez

“Él decía que, si quieres sacrificar algo, sacrifiques tu sangre y no la de otros”.

“Es un personaje único que emigra de Amatlán a Tollan e imparte sus conocimientos. Posteriormente viaja al Sur de México y llega a Yucatán, donde se le nombra Kukulcán, para llevar sus doctrinas, conocimientos y preparación”.

“Después regresa con su pueblo, se le aparece Tezcatlipoca, que era el dios de las tinieblas y lo convence de tomar pulque. Entonces se emborracha y lo hacen que salga en ese estado y que salude a su pueblo”.

“Tezcatlipoca le muestra un espejo de obsidiana y se ve así, borracho, y que su pueblo está sufriendo”.

“Quetzalcóatl se avergüenza de haber sido tentado, no soportó eso y al día siguiente se prende fuego, se inmola“.

Victor Manuel Contreras, escultor de Atoyac, en muestra del Museo Cabañas en 2012. Fotografía: Jorge Alberto Mendoza, Gaceta UdeG

“Al prenderse fuego, en lugar de humo, salían palomas que volaban hacia el horizonte”.

“Quetzalcóatl era simbolizado por la serpiente emplumada, en esa dualidad del ave, espíritu y la serpiente en la tierra”, compartió.

Una serpiente sin cabeza

La falla en esta obra artística en Plaza Tapatía fue que la escultura central  realmente iba a representar a Quetzalcóatl descendiendo del cielo como serpiente.

Sin embargo, la cabeza no fue instalada porque el peso de 30 toneladas no soportaría la estructura de la plaza, que en realidad es un puente peatonal que cruza la Calzada Independencia.

Cabeza de Quetzalcóatl en Plaza Tapatía. Fotografía: Pablo Miranda Ramírez

En cambio, la colosal cabeza fue colocada a unos 45 metros hacia el poniente, de donde debía estar: el centro de la fuente.

Cumple la misión de hacer un Quetzalcoátl con cabeza

Fue el 19 de marzo de 2022, que el artista pudo cumplir la idea de develar una gran escultura de Quetzalcóatl en el espacio público, pero ahora sí con su cabeza.

Se trató de la obra Quetzalcóatl, eje de las culturas mesoamericanas, que se instaló en el cruce de las calles calles Río Mayo y Amacuzac, en su amada ciudad de Cuernavaca, Morelos.

El modelo de la escultura tal cual es el mismo que el de la Plaza Tapatía, pero ahora sí con la cabeza de la serpiente integrada.

“Quetzalcóatl, eje de las culturas mesoamericanas”, en Cuernavaca. Fotografía: Ayuntamiento de Cuernavaca

La escultura fue donada por el propio Víctor Manuel Contreras Vázquez y su altura es de 4.50 metros por 60 centímetros de ancho, hecha en bronce rojo.

“Ésta emula al héroe mítico y divinizado, Quetzalcóatl, símbolo de la identidad de los pueblos precortesianos”, se comenta en un comunicado del Ayuntamiento de Cuernavaca.

Víctor Manuel Conteras, larga trayectoria de arte

Este gran escultor jalisciense nació en Atoyac el 6 de agosto de 1941. Cursó la primaria y secundaria en Guadalajara.

Su pasión por el arte lo llevó a estudiar en la Academia de San Carlos de la Ciudad de México, para después hacerlo en el Instituto de Arte Moderno de Nueva York y en países europeos como Alemania, Italia y Francia.

En 1965 comenzó a ser académico de la Universidad Autónoma de Morelos y luego en la Universidad Autónoma de Guerrero, donde participó en la creación del Museo de Pintura Contemporánea.

Entre sus contribuciones está creación del Escudo de Armas del Estado de Guerrero, en 1973, mismo que se encuentra al interior de su Palacio de Gobierno.

Paloma de la Paz de Cuernavaca. Fotografía: Gobierno de Cuernavaca

Algunas de sus obras son La Madre y el Niño y La Paloma de la Paz, escultura ubicada en la glorieta del mismo nombre en Cuernavaca. Dicha obra representa una semilla de la esperanza, que muestra una paloma de perfil.

En Denver se puede encontrar la escultura Energía infinita, en el Teatro Helen Bonfils,

Él recibió reconocimientos en Francia y México, por su trayectoria.

“La escultura tiene una gran fuerza, porque es el arte más sensual; lo que ves lo puedes tocar”.

“Distinto a la pintura que es una ilusión, una visión, pero en la escultura tú la ves, tú la tocas, tú la sientes“, dijo el maestro en una entrevista para Gaceta UdeG.


Fotografías: José Alonso Torres, Pablo Miranda, Jorge Alberto Mendoza, Iván Serrano Jauregui, Gobierno de Cuernavaca,

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Iván Serrano Jauregui
Reportero de Ciudad Olinka. Ha colaborado en Gaceta UdeG, Kä Volta, Revista Colibrí, El Diario NTR Guadalajara, Radio UNAM y Radio UdeG Ocotlán.