Vista del Cerro del Cuatro, al sur de Guadalajara
Imponente. Vista del Cerro del Cuatro, al sur de Guadalajara. Fotografía: David Gavaldón

EntornoAlrededor del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), existe una variedad de volcanes que tal vez ni siquiera nos habíamos dado cuenta de su existencia.

Hacia cada uno de los puntos cardinales existen los vestigios, de hace miles de años, de volcanes que estuvieron activos y que hoy sólo conocemos como cerros.

Carlos Suárez Plascencia, profesor e investigador del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), da cuenta de todas estas ubicaciones.

“La zona urbana de Guadalajara se encuentra en una planicie vulcano sedimentaria, eso significa que tenemos una serie de zonas volcánicas de diferentes edades que han generado el relieve actual”.

En su etapa activa fueron volcanes que emitían lava, por ejemplo, el de La Primavera, que hoy es uno de los cerros más importantes de la ciudad y en su momento expulsó grandes cantidades de pómez, lo que popularmente se conoce como jal.

La jal fue justamente lo que “formó las planicies, o los valles de Guadalajara, que son fuentes rellenas de material volcánico, desde hace miles de años”, explicó el investigador.

Pero, ¿cuáles son estos cerros que rodean a esta zona urbana? Te contamos parte de su historia geológica y algunos datos interesantes. 

Los volcanes que rodean la ciudad

El más antiguo ejemplo de lo que fue un volcán activo está al norte, el Cerro el Mexicano, que colinda con Tesistán, un “domo volcánico de composición neolítica”, rico en sílice, también conocido como cuarzo

El Cerro de la Higuera es otro, con su origen hace alrededor de unos 5 millones de años, ubicado en Ixtlahuacán del Río.

Panóptico. Desde cualquier punto del Área Metropolitana de Guadalajara se aprecia hacia el noreste el Cerro de la Higuera, en Ixtlahuacán del Río. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

En el sur, se encuentra una cadena volcánica de Guadalajara conformada por el Cerro del Cuatro, el Cerro Santa María y el Cerro del Gachupín.

Estos últimos son volcanes de composición basáltica, lo que es conocido popularmente como la piedra de castilla.

Hacia el oriente de la ciudad, por Tonalá, se encuentra el Cerro de la Reina, también de composición basáltica, así como otros más pequeños que son denominados monogenéticos.

Este término refiere a que fueron de una sola actividad, como ejemplo, el Paricutín, en el estado de Michoacán. 

En esta clase de áreas volcánicas se encuentran el Cerro de San Bartolo, el San Martín o el Papantón, cerca de Juanacatlán, lugares que actualmente están siendo aprovechados para extracción de material geológico, como el tezontle.

El más joven. El volcán de La Primavera tuvo sus primeras actividades hace 120 mil años y expulsó grandes cantidades de pómez.

El más joven de la zona

Al poniente de la ciudad, hacia Zapopan, se encuentran el Domo de la Col, cerca de  Tesistán, perteneciente a la Sierra Madre Occidental y tuvo su actividad hace 8 millones de años.

Este es el responsable de la formación de cantera, con el que se construyeron los edificios que hoy identifican al Centro Histórico de Guadalajara y Zapopan. 

Otros, se encuentran por la Carretera a Nogales, en zonas aledañas a Nextipac y Santa Lucía, cercanos además a La Primavera, como el Cerro del Tepopote

El más joven es justamente el de la zona de la sierra de La Primavera, que tuvo actividad desde hace 120 mil años hasta hace 15 mil años, aproximadamente. Fue en ese periodo que tomó su forma.

Es un volcán de composición neolítica, con lavas ricas en pómez y sílice, características de un volcán muy explosivo, responsables de una emisión muy grande de jal

Hoy no representa ninguna preocupación, pero por su composición se sabe que fue uno de los más peligrosos.

En caso de que estuviera activo, Guadalajara estaría en un grave riesgo

Río de agua caliente en el Bosque La Primavera
Biodiversidad. La Primavera es hogar de especies como el venado cola blanca, armadillo, zorra gris, coyote, puma, jaguarundi y cacomixtle.

La importancia para la biodiversidad

El experto resalta que de todos los cerros los que cuentan con mayor biodiversidad son los cerros de La Higuera y el de La Primavera.

“Es un nicho ambiental muy importante para Guadalajara, pues la biodiversidad de esa zona es muy rica, tanto en vegetación como en especies animales”.

Es posible encontrar una vegetación boscosa, con huizaches, mezquites y casuarinas.

Además, hay avistamientos de puma, lo que significa que “la cadena trófica está conservada en la región”, aunque también está sujeta a una presión antrópica generada por la zona urbana de Guadalajara.

Lo anterior, provocado porque lo han cercado con vías de comunicación, pues se encuentran carreteras que “a la larga va a afectando esta biodiversidad”.

En el caso de las posibles afecciones a otros cerros, señala que algunos ya están alterados, como el Cerro del Cuatro, el Gachupín y de la Reina, a causa de la urbanización y el aprovechamiento arqueológico.

Por estas razones, Suárez Plascencia insiste en que es esencial que existan políticas ambientales que favorezcan su conservación, pues son necesarias para la estabilidad ambiental.

Urbanización. El crecimiento al sur de la Zona Metropolitana de Guadalajara ha implicado la urbanización de los cerros, como muestra esta vista desde el Cerro del Cuatro.

Las “fábricas de agua”

Ahora, en su importancia para la biodiversidad, resalta que científicamente los volcanes son “fábricas de agua”, lo que quiere decir que las estructuras volcánicas forman parte del control climático de una región.

Generan condiciones de lluvia, y cuando cae, la captan y la infiltran al subsuelo, “y luego esa agua aparece en las planicies, en forma de manantiales o en forma de ríos”.

Por ejemplo, el Nevado de Colima es “una inmensa fábrica de agua, porque capta toda el agua que viene de los huracanes del pacífico”, la cual escurre hasta el Valle de Zapotlán El Grande y Zapotitlán de Vadillo, en la región Sur, lo que favorece la agricultura.

“Un alto porcentaje de la población del país vive dentro de la zona volcánica mexicana”, razón por la que existen los mejores climas, la mayor cantidad de agua, y los mejores suelos para la agricultura.

Jalisco cuenta con más de mil estructuras volcánicas de diversas edades, aunque el contacto con estructuras activas solo existe por el Volcán de Colima y el volcán Ceboruco en el vecino estado de Nayarit.

Nevado de Colima, en la Región Sur de Jalisco.
‘Fábrica de agua’. El Nevado de Colima capta lluvia de los huracanes y la escurre hacia el Valle de Zapotlán El Grande y Zapotitlán de Vadillo.

¿Pueden reactivarse estas estructuras volcánicas?

“El vulcanismo es un fenómeno de oportunidad, ¿Qué significa esto?, que debe haber condiciones biológicas que favorezcan el ascenso del magma, en el interior de la tierra”.

El experto explica que las condiciones que favorecerían el ascenso del magma, además de que tiene que existir en el subsuelo, es que haya presencia de fallas y fracturas geológicas.

Todos los volcanes que rodean a Guadalajara han tenido un periodo de actividad gracias a la conformación de factores que la permitieron, “pero es muy difícil que se reactiven en este momento”.

Incluso, sostiene, es más factible que surja un nuevo volcán a que una de estas estructuras se reactive.

Ejemplifica lo sucedido con el volcán Paricutín, de Michoacán, que nació en 1941 y tuvo su lapso de actividad.

En los años recientes ha habido una serie de cambios sísmicos que han ocasionado magma en movimiento en el subsuelo; sin embargo, no ha salido porque esas fracturas que permiten que salga hacia la superficie no se han generado.

Es lo mismo en Guadalajara, pues existe magma, pero las condiciones de salida para éste no existen en ninguna de las ubicaciones.

De todas formas hay un constante monitoreo, y se ha identificado que hay magma en movimiento, lo que también es un ejemplo de que el vulcanismo es “más favorable que un sismo, pues un sismo no avisa cuándo va a llegar, en cambio un volcán sí nos avisa”.

Imagen del Volcán de Colima, Volcán de Fuego
Activo. A lo largo de los últimos 500 años el Volcán de Colima ha tenido más de 40 eventos eruptivos de tipo explosivo y efusivo; el último, en 2017.

Fotografías: Coordinación de Gestión del Territorio Jalisco | David Gavaldón

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Eladio Quintero Hernández
Reportero de Ciudad Olinka. Estudió Periodismo en el CUCiénega de la UdeG. Ha colaborado para medios como El Descafeinado.