Juan Soriano fue un artista plástico tapatío que desarrolló su carrera en diferentes ámbitos artísticos y su creatividad la transmitió desde la pintura, la escultura, el dibujo, la cerámica, y el teatro.

Nació en 1920 en la capital de Jalisco, y aunque sus padres lo llamaron Juan Francisco Rodríguez Montoya, desde pequeño fue conocido como Juan Soriano, por el segundo apellido de sus padre.

La trayectoria de Soriano se desarrolló principalmente en la Ciudad de México.

Ahí adquirió parte importante de sus conocimientos académicos, aunque su acercamiento con diferentes movimientos y artistas había surgido desde antes.

Fue en 1932 cuando comenzó a relacionarse con personas como el arquitecto Luis Barragán.

También comenzó su admiración por el trabajo de José María Estrada y sus retratos.

 

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El ascenso de un gigante

El nombre de Juan Soriano apareció en una exposición por primera vez en 1934, en la exposición “Evolución” en el Museo de Guadalajara con distintos óleos. Posteriormente en 1935 fue que llegó a la Ciudad de México.

La creatividad de Juan Soriano lo llevó a presentar su obra en diferentes ciudades de Estados Unidos a partir de 1945.

Años después, su trabajo también lo llevó a Europa, principalmente en Francia e Italia.

Aunque distintos reconocimientos al artista mexicano no se limitaron por fronteras ni por las épocas.

Por ejemplo, en 2006, semanas antes de su fallecimiento, recibió por el gobierno de Polonia la condecoración “Orden al Mérito”. Soriano murió el 10 de febrero de ese año.

Otro galardón fue el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2005 de España, por 70 años de trayectoria.

Soriano también fue un creativo en colaboraciones. Tuvo una cercana participación con figuras de la pintura y el teatro, como Leonora Carrington u Octavio Paz

Durante años se apegó al teatro, y una de sus diversas colaboraciones fue con Digo de Mesa como escenógrafo y diseñador de vestuario en presentaciones del séptimo programa de Poesía en voz alta, en el Teatro Sullivan.

 

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Se dedicó a la ilustración y al grabado para distintos autores, pues sus apariciones se encuentran en distintos materiales literarios.

Sus obras escultóricas llegaron a formar parte de recintos como el Auditorio Nacional, así como distintas piezas que fueron constantemente expuestas en México y Estados Unidos, y Europa, 

En el año 2000 expuso dos esculturas en la Expo Hannover, de Alemania, las llamadas “Ofrenda I” y “Ofrenda II”.

Juan Soriano, ese personaje en el arte

Para Francisco Javier Malo, profesor en Educación y Expresión para las Artes, Juan Soriano “en lo que fue la pintura, destacaba mucho sobre todo la cuestión de los retratos”, un ámbito donde se desarrolló ampliamente.

Destacó las series de obras, desde la pintura hasta la cerámica, que han sido expuestas en diferentes museos dentro y fuera de México.

Eso que hacía especial a un artista como Soriano, para Javier Malo, fue “la misma personalidad, creo que su desarrollo no solamente es en la pintura, si no en su personalidad, pues él platicaba que era un joven muy atrevido y diferente”.

También agregó que al personaje del pintor, fue su misma obra la que ayudaba a construir una imagen particular.

“Al final de cuentas todo creador es un poquito de él y su trabajo”.

En esa construcción de su identidad, ciertos aportes también llegaron por haberse relacionado con ciertas personalidades en la pintura, la literatura o el teatro, exponentes en el plano nacional e internacional. 

Relacionarse en este ambiente fue importante “por la inercia que lleva, cuando estás con un grupo de personas que son muy creativas, que trabajan, que son reconocidos en cierta época”. 

Reconocimiento pendiente

Francisco también reflexionó acerca del reconocimiento que se le ha dado en Jalisco a este artista que fue reconocido en distintas latitudes.

Uno de los cuestionamientos que se hizo, fue el por qué personajes como Soriano, la pintora María Izquierdo o el pintor Javier Arévalo no se encuentran en un lugar como la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres debido al aporte cultural que mantuvieron.

“Es muy común que eso suceda en Jalisco, la falta de conocimiento, no va de la mano con cuestiones de política cultural”.

A decir de Francisco Javier Malo, esto se ha reflejado no solo en Soriano, si no en “muchos otros que no se les ha dado el reconocimiento”.

Soriano en un legado

El fruto de su trabajo como escultor se ve reflejado en que en diferentes partes de México hay alguna escultura que él realizó.

En Ciudad de México, en el Auditorio Nacional, se ubica “La Luna”, o el “Pájaro XIII” del Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Otro ejemplo son las palomas que colocó en Baja California o Monterrey, así como “Pájaro sobre la ola”, de Colima.

 

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Los materiales que utilizaba para sus creaciones recurrentemente eran el bronce y la piedra.

Otra figura de animal que también utilizó fue la del toro en distintas esculturas que han sido expuestas, pues algunas de ellas, han llamado la atención del público en distintas ciudades.

También, hay que recordar que en Cuernavaca, Morelos, se creó un museo en su honor: El Museo Morelense de Arte Contemporáneo (MMAC).

En ese espacio se promueve un acercamiento a su obra, y a otras líneas artísticas contemporáneas.

Sin embargo, gran parte de su creaciones de este artista, como la pintura o sus elaboraciones en cerámica, se encuentran en colecciones privadas.


Fotografías: Memórica. México, haz memoria/cortesía

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Eladio Quintero Hernández
Reportero de Ciudad Olinka. Estudió Periodismo en el CUCiénega de la UdeG. Ha colaborado para medios como El Descafeinado.