Entorno

En las manos del tapatío Gabriel Chávez de la Mora (26 de noviembre de 1929 – 17 de diciembre de 2022) estuvo el destino del imaginario de la fe católica en México.

Bastaba un lápiz y un papel para materializar las ideas de su mundo interno, sobre cómo debería verse, habitarse, leerse e incluso qué emociones se debían evocar en las decenas de edificios, pinturas, gráficos y textos que creó.

Ahí, el mensaje era tan profundo como sutil: la comunión entre lo humano y lo divino.

Este sábado 17 de diciembre de 2022, con 93 años, las manos de Gabriel Chávez de la Mora descansaron por fin.

Pero en su camino de más de medio siglo dejó un gran legado arquitectónico y visual en México, que tuvo ecos por el mundo.

Gran maestro. Fray Gabriel Chávez de la Mora fue el creador de la identidad visual y arquitectónica de la liturgia católica mexicana durante la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días. Fotografía: Iván Lara González

El primer arquitecto titulado de Jalisco

La primer persona en Jalisco que tuvo licencia académica para edificar fue Gabriel Chávez de la Mora.

Esto, por ser el primer arquitecto titulado por la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Él había ingresó a la licenciatura de ingeniería Civil en 1947, pero al siguiente año se decidió por estudiar en la recién creada Escuela de Arquitectura de la UdeG.

Ahí tuvo la oportunidad de aprender de grandes maestros como Ignacio Díaz Morales, Silvio Alberti, José Ruiz Medrano, Mathias Goeritz, Julio de la Peña y Eric Coufal.

De hecho, Gabriel Chávez de la Mora formó parte de la generación “Ignacio Díaz Morales”.

Ya egresado, siguió su vocación religiosa e ingresó a la orden de los frailes benedictinos, en Ahuacatitlán, Morelos.

Fray Gabriel Chávez de la Mora. Fotografía: Desde la Fe

Luis Miguel Argüelles Alcalá, coordinador del libro Gabriel Chávez de la Mora. Fraile + Arquitecto (Arquitónica, 2021), recordó que en aquel momento el joven temió que dicha decisión lo alejaría de su carrera.

“Por creer que estos dos caminos son diametralmente distintos”.

“Pero la vida lo colocó en el momento histórico preciso de depuración en la liturgia católica, previo al Concilio Vaticano II, que generó una nueva forma de replantear las nuevas iglesias“.

“Siendo así el inicio de su trayectoria en la arquitectura religiosa”.

La arquitectura de Chávez de la Mora, grandes hitos urbanos

Los vestigios del talento de fray Gabriel Chávez de la Mora son relevantes en la cotidianidad de las calles de México.

En Guadalajara, una de sus grandes obras es El Águila de la Plaza de la Bandera, ubicada en los cruces de Calzada del Ejército y Marcelino García Barragán.

Esta obra fue creada en 1953, cuando aún era estudiante de la UdeG, y resultó de un concurso en el que Chávez de la Mora ganó.

El Águila. En la glorieta que se encuentra en el cruce de Calzada del Ejército y la avenida Marcelino García Barragán, se encuentra este gran monumento de la Plaza de la Bandera, creado por Gabriel Chávez de la Mora. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

Coautor de la Basílica de Guadalupe

En la Ciudad de México se encargó de crear uno de los centros religiosos que más feligreses convoca cada año: la nueva Basílica de la Virgen de Guadalupe.

Esto, a partir de una invitación que le hizo el arquitecto e ingeniero Pedro Ramírez Vázquez, en 1974.

Con él ya había trabajado en la creación de las medallas de los Juegos Olímpicos de México 68.

En dicho proyecto monumental también trabajaron los arquitectos José Luis Benlliure, Alejandro Schoenhofer, Antonio S. Gómez Palacio y Javier García Lascuráin.

Sede Guadalupana. La nueva Basílica de Guadalupe, en el Cerro del Tepeyac de la Ciudad de México, es una de las obras en las que participó el fray Gabriel Chávez de la Mora. Fotografía: Wikipedia

En lo alto de la bahía de Acapulco

En Acapulco, Guerrero, Chávez de la Mora participó en la edificación de la Capilla Ecuménica La Paz (1971), situada en una de las peñas que rodea la bahía.

Este proyecto se consolidó junto al arquitecto Jorge Madrigal Solchaga, ubicado en la zona residencial de La Brisas.

Ahí también se creó una gran cruz de 42 metros, el punto más alto de Acapulco, que la sitúa a 402 metros sobre el nivel del mar.

Desde el acantilado. La Capilla Ecuménica La Paz, en Acapulco, Guerrero, es una más de las obras arquitectónicas de Gabriel Chávez de la Mora. Fotografía: Roberto Cortés

Chávez de la Mora, en Jalostotitlán

En la Región Altos Sur de Jalisco, el arquitecto y monje benedictino diseñó el Santuario de Santo Toribio Romo, ubicado en la localidad de Santa Ana de Guadalupe, en Jalostotitlán.

Se trata de un espacio que recibe a miles de feligreses cada año, donde se encuentran los restos del santo, en una urna con la tipografía característica de Chávez de la Mora.

El sello del fraile. La urna de los restos de Santo Toribio Romo cuentan con la tipografía característica de Chávez de la Mora. Fotografía: Guillermo Guzmán Espinosa

Un gran vitral en el Cerro del Tesoro

Más recientemente, Chávez de la Mora diseñó el vitral del Santuario de los Mártires de Cristo Rey, ubicado en el Cerro del Tesoro, en los límites de Zapopan y Tlaquepaque.

“Es un enorme reto, es sumamente importante porque dará tonalidad dominante a todo el edificio. Confío en que con ello quedemos bien”, dijo el fraile en un video publicado en el Facebook del Santuario de los Mártires.

Monumental. El vitral del Santuario de los Mártires de Cristo Rey es un diseño de Fray Gabriel Chávez de la Mora. Fotografía: Ángel Llamas

Otras grandes obras son la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en Monterrey y la Capilla de Guadalupe en la Basílica de San Pedro de El Vaticano, justo a un lado de la cripta de San Pedro.

Un mega proyecto que el arquitecto no pudo ver concluido es el del Memorial de la Misericordia, en Monterrey, con una cruz de 160 metros de altura que pretende ser la más alta en el mundo y que superaría a la del Valle de los Caídos, en España.

“Para la realización de las obras, él busca trabajar en equipo con despachos de las diferentes zonas geográficas donde se circunscriben las obras”, recordó Argüelles, durante el coloquio de los 74 años de la Enseñanza de la Arquitectura en la UdeG, realizado en el CUAAD Huentitán el pasado 1 de noviembre.

Creador de las letras más famosas en el catolicismo mexicano

Para este gran fraile arquitecto tapatío, la arquitectura religiosa era “el conjunto de artes y artesanías al servicio de la liturgia“; sin embargo, lo llevó a otro nivel.

Litúrgica. La tipografía Fray Gabriel Chávez de la Mora se aprecia en diversos espacios católicos, como este letrero del Templo del Santísimo Redentor, en Guadalajara. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

Pues además integró el diseño de letras, creando la “Tipografía Fray Gabriel”, que durante décadas destaca en panfletos, libros y letreros de la liturgia católica.

En entrevista para Ciudad Olinka, la reportera Andrea Martínez preguntó a Gabriel Chávez de la Mora sobre la creación dicha tipografía.

A lo que el fraile respondió que la creó cuando era apenas estudiante de arquitectura.

La inspiración viene de las letras latinas y griegas”.

“Me pidieron portadas de libros y se empezó a usar. Entonces les gustó para que fuera la letra litúrgica“.

“Empecé a hacer mi letra, pero si la ven bien notarán que la he variado constantemente”, explicó el fraile.

Comentó que jamás pensó en el impacto cultural de la misma y que incluso la ha visto en rótulos de tacos al carbón, pues ésta se puede bajar gratuitamente en la web.

“La tipografía ya está pirateada, pero lean las instrucciones de cómo se usa”, exhortó Gabriel Chávez de la Mora.

“Por que hay letras ‘A’ cerrada, media, abiertas; hay ‘O’ grande, chica, arriba o abajo; hay letras unidas. A veces ponen las mismas, pero no, hay que irlas variando, hay instrucciones para usarlas”.

La plástica, la conexión con Dios

La escultura, la pintura, la orfebrería, los vitrales, el mobiliarios, los textiles, vestiduras litúrgicas y más son los medios con los que Fray Gabriel Chávez de la Mora buscó para entablar un puente con lo celestial.

Y, de paso, fue con lo que se consolidó como el creador de la imagen identitaria de la fe católica mexicana.

Argüelles Alcalá recuerda que una vez que entró al monasterio de los benedictinos, en Ahuacatitlán, Morelos, Chávez de la Mora participó en los Talleres Emaús, donde desarrolló su estilo.

“El espíritu santo”, Gabriel Chávez de la Mora (2014). En colaboración con Irene García Muñoz. Oleo sobre lienzo 300 por 400 centímetros. Templo del Espíritu Santo, en Tepatitlán, Jalisco

Ahí generó un nuevo rico e ingenioso lenguaje contemporáneo para la iconografía, para el antiguo y nuevo testamento, que fuera accesible y cercano a partir de los años 70, quedando ya como parte de nuestra imaginería cotidiana”, recalcó Argüelles Alcalá.

Su obra pictórica y gráfica se caracteriza por poseer colores vibrantes, contorneados por formas geométricas que hacen alusión a pasajes de la Biblia y Sacramentos.

“Ha ido conformando un lenguaje tan propio, que constituye una identidad visual tan identificable y reconocible del arte sacro mexicano”, dijo Argüelles Alcalá.

“El bautizo de Jesús”, Gabriel Chávez de la Mora (2013). En colaboración con el arquitecto Jaime Daniel Domínguez Montes. Acrílico sobre tela 240 por 240 centímetros. Bautisterio del Santuario Guadalupano de Zamora, Michoacán

Dicha iconografía se muestra en panfletos, libros, carteles, pinturas y más, que hacen cercana la fe a los feligreses.

Gabriel Chávez de la Mora, el más reconocido por su legado

A lo largo de su trayectoria, Fray Gabriel Chávez de la Mora fue reconocido por varias instituciones: el doctorado Honoris causa, por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y por la Universidad Pontificia de México.

En 2021, el Gobierno de México le entregó el Premio Nacional de Arquitectura 2020, de manos del presidente Andrés Manuel López Obrador.

También ese año obtuvo el Homenaje ArpaFil, que otorga el CUAAD de la UdeG a prominentes arquitectos y urbanistas durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).

El pasado 9 de noviembre, la UdeG, su alma mater, de igual forma le otorgó el doctorado Honoris causa, no sólo por ser el primer arquitecto titulado por dicha casa de estudios, también por su legado de 66 años.

El reconocimiento lo entregó el rector general de la UdeG, Ricardo Villanueva Lomelí.

“Este es de mi alma mater y siento enorme gratitud, también tenemos el gusto de que arrancamos ya el año 75 que se inició la Escuela de Arquitectura de la UdeG, por el Arquitecto Díaz Morales, de la cual participé”.

“Tengo el enorme privilegio de ser de la primera tanda de los que pudimos terminar civilmente con la titulación la carrera“, compartió Gabriel Chávez de la Mora un día antes de la entrega.

Para conocer más de su biografía: puedes consultar http://enciclopedia.udg.mx/biografias/chavez-de-la-mora-gabriel


Fotografías: Iván Lara González, Iván Serrano Jauregui, Guillermo Guzmán Espinosa, Ángel Llamas, Roberto Cortés, Desde La Fe, Wikipedia

Suscríbete a nuestro boletín en Telegram:

📰📲 https://t.me/ciudadolinka

Artículo anteriorEl viaje de María y las historias de errantes y desplazamiento
Artículo siguiente“Gatitos contra la desigualdad”, derribando mitos con memes
Iván Serrano Jauregui
Reportero de Ciudad Olinka. Ha colaborado en Gaceta UdeG, Kä Volta, Revista Colibrí, El Diario NTR Guadalajara, Radio UNAM y Radio UdeG Ocotlán.