Alcantarilla del Parque Hundido de Av. Circunvalación en Circunvalación. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

¿Has ido a jugar o caminar al Parque Hundido de la colonia la colonia Jardines del Country, en Guadalajara?

Si es así, seguro has visto la boca de tormenta ubicada del lado sur y que cruza como un túnel por debajo de avenida de la Viga.

Se trata de un ducto que desemboca en un canal de agua, que corre por la segunda sección de este parque dividido por la avenida Circunvalación División del Norte.

Se cuenta que hace no mucho, un chico llamado Alfredo lo utilizó como refugio cuando estaba huyendo del bravucón de su escuela, al que le había jugado una broma pesada.

Pero eso tuvo un alto costo, pues había entrado al hogar de una horrible criatura.

Alfredo cruzó corriendo Circunvalación y miró a sus espaldas. No había servido de nada, el Potro y sus amigos no se habían quedado en el Parque Hundido y ya estaban cruzando la avenida.
No tenia esperanza de llegar hasta su casa, que quedaba del otro lado de la avenida, sobre la calle La Acordada.

Su única opción que le quedaba era entrar en el pedazo de parque que estaba frente a él.

Llegó al final del bosquecito y se echó de panza entre la crecida vegetación, arrastrándose hasta casi llegar a la boca de tormenta que cruzaba como un túnel por debajo de Avenida de la Viga.

A ese corto pasaje le decían el Hoyo del Monstruo, porque según eso allí vivía una cosa que se comía a los perros callejeros y hasta a algunas mascotas, o al menos eso decían en la escuela.

Alcantarilla del Parque Hundido de Av. Circunvalación en Circunvalación. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

Quien le quería dar una paliza a Alfredo eran “El Potro” y sus compinches, que no dudaban en atacarlo porque Alfredo le aventó un balde de agua sucia, como venganza de los actos de bully que hacía en la escuela.

Pasó mucho tiempo hasta que “El Potro” decidió irse de las escaleras del parque, donde lo esperaban para golpearlo.

Ya eran las 7 de la noche y los brabuquones sabían que a esa hora saldría la criatura, por lo que decidieron partir y después encargarse del niño.

Parque Hundido en Av. Circunvalación Guadalajara. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

Alfredo finalmente los escuchó alejarse. Eran las siete con tres minutos, pero decidió esperar un poco más en caso de que fuera una trampa.

Fue entonces que escuchó un ruido a sus espaldas. El ruido que hacía alguien cuando pisaba el pasto y apartaba ramas de su camino. Alguien o algo.

–¿Gato? –dijo una voz a espaldas de Alfredo– ¿Ratas?

El niño no se atrevió a voltear y se limitó a sacudir la cabeza, indicando que no era ningún gato y ninguna rata.

–¿Perro?

Alfredo movió la cabeza de lado a lado una vez más.
-Gato. Tú trae –ordenó la voz, ahora directamente sobre la oreja de Alfredo– Gato gordo.

El niño pasó saliva al sentir la respiración del monstruo detrás de él y sintió deseos de vomitar cuando el olor de su aliento alcanzó su nariz, pero lo peor fue cuando la cosa extendió su mano cubierta de pelo naranja y la colocó justo frente a su cara.

Ver las filosas y negras uñas del monstruo de cerca le aflojaron la vejiga y se meó. No pudo evitarlo, estaba demasiado asustado.

–Gato. Mañana. Aquí –sentenció la bestia, retirando la garra–. Tú traerme o yo enojar.

El niño escuchó una vez más el sonido de la vegetación siendo aplastada y luego nada.

Esperó unos minutos más y se arriesgó a salir del parque y regresar a su casa, evitando mirar hacia el hoyo.

Claro que Alfredo recibió su golpiza al día siguiente, y nunca le llevó al monstruo el gato que le pidió. Quizás era por eso que Alfredo ya no pudo dormir tranquilo hasta que sus padres pusieron barrotes en su ventana y por lo que jamás salía solo después de las siete.

Decía que era porque el monstruo estaba enojado con él y lo vigilaba todas las noches.


Historias de terror en Guadalajara

Esta historia se titula “El hoyo del monstruo” y se encuentra en el libro La Calandria Fantasma (2017), del escritor tapatío Fabián Cruz Rubio.

Mismo que forma parte de la colección Hechos y Leyendas.

En entrevista para Ciudad Olinka, Fabián Cruz Rubio explicó que este es su primer libro sobre historias de miedo en Guadalajara y que nació por accidente.

“Yo no tenía pensado hacer hacer un libro sobre leyendas de la ciudad, esto surgió de una investigación completamente diferente, pues el propósito era investigar sobre el grafiti y su lenguaje urbano“.

Libro “Calandria Fantasma”, de Fabián Cruz. Fotografía: Iván Serrano Jauregui

“Al platicar con las personas fue dándose en la conversación menciones a los diferentes relatos y leyendas que había en cada parte de la ciudad y entonces pensé que eso era bastante interesante”.

“Entonces cada visitaba alguna parte, me empecé a enfocar más a preguntarles sobre historias que ahí se contaran”.

De esa manera fueron llegando a Fabián cada vez más leyendas urbanas de distintos barrios del Área Metropolitana de Guadalajara, que derivaron en este libro y los siguientes.

Del relato oral a las páginas

Con respecto a la historia de “El hoyo del monstruo”, Fabián recuerda que cuando fue a la colonia Jardines del Country, para investigar sobre los grafitis en unos edificios abandonado, una señora fue quien se la compartió.

“Una señora que tenía una tienda fue la que me comentó que los niños decían que había un monstruo que salía en la noche y que les pedía gatos o perros para comer”.

“Hablando con otras persona confirmaron que eso es algo que los niños de esa zona han dicho por 20 o 30 años“.

Dicha tradición oral le genera a Fabián mucha sorpresa, pues cada persona puede contar algo sobre su espacio que se repite en otros.

“Esto es interesante y muy digno de respeto. Me parece muy digno de preservación y difusión”.

Esas historias se dramatizaron y así fue como se creó La Calandria Fantasma. Después vino el libro Guadalajara oscura, que son las historias relacionadas con edificios o casonas y Crónicas de medianoche, que se enfoca en apariciones fantasmales.

El último libro de Fabián Cruz es El árbol del Vampiro y otros fantasmas de la metrópoli, que está inspirado en la famosa leyenda del Panteón de Belén.

“Todo lo que la gente cree sobre estos temas es digno de mucho respeto porque son parte de su identidad y están ligados a como ellos viven”.

Este libro y el resto de la colección Hechos y Leyendas, se pueden comprar en la tienda en línea https://enege.mitiendanube.com/ 

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Iván Serrano Jauregui
Reportero de Ciudad Olinka. Ha colaborado en Gaceta UdeG, Kä Volta, Revista Colibrí, El Diario NTR Guadalajara, Radio UNAM y Radio UdeG Ocotlán.