El teatro, para Rosy Arellano, es un estilo de vida. Está presente en su faceta como actriz y directora, así como académica y locutora de radio. 

En los años 80 comenzó a rodearse, de manera profesional, de libretos, máscaras, vestuarios, escenografías; poco a poco descubrió las bondades de las artes escénicas. 

Actualmente dirige la Compañía de Teatro del Centro Universitario del Sur (CUSur) y es locutora de ExpresArte, que se transmite por Radio UdeG en Ciudad Guzmán. 

Tras bambalinas

En entrevista para Ciudad Olinka, comparte que el teatro sensibiliza tanto al público como a los actores, incentivando valores como el trabajo en equipo.

“Ser solidarios, empáticos, como formar una gran familia”.

En lo personal, siente un desequilibrio cuando no está inmiscuida en un montaje, ya sea produciendo, dirigiendo y gestionando recursos.

“Si le dedico gran porcentaje de mi tiempo a la parte académica o laboral, sin estar haciendo teatro, sí hay desajustes en mi salud, en la parte emocional”.

Sólo se alejó del teatro cuando estudió en Chiapas su maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural; y su doctorado en Ciencias Sociales en el CIESAS Occidente.

Vital. Como actriz, directora, académica o locutora, el teatro está presente en la vida de Rosy Arellano. Fotografía: Compañía de Teatro del CUSur.

Agarrando tablas 

Rosy Arellano nació y creció en Santiago Ixcuintla, Nayarit. Se mudó a Guadalajara para estudiar la secundaria, la preparatoria y la universidad. 

Como adolescente ya formaba parte de talleres de artes escénicas del bachillerato y del entonces Departamento de Bellas Artes de Jalisco.

En 1984 debutó de manera profesional en el Ex Convento del Carmen con obras cortas de Emilio Carballido, que también presentó en todo el estado. 

“Ahí fui agarrando tablas, como dicen los teatreros”.

Desde entonces, actuó en más de 30 montajes que recuerda con cariño, como su papel de Brigida en Don Juan Tenorio que presentó en el Teatro Degollado. 

Así como su participación en Risas de humor negro que presentó en el Ex Convento del Carmen y que le valió una placa por 100 representaciones. 

Su formación académica la llevó a impartir clases en el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, y posteriormente en el CUSur.

En este último plantel se vinculó en las licenciaturas de Psicología, Turismo Sustentable y Periodismo.

La parte académica, afirma, le ayudó a darse cuenta que el teatro también es un medio para transformar, intervenir, y buscar mayores beneficios para grupos vulnerables.

Desde el Sur. Rosy Arellano se ha encargado de enaltecer la cultura y las artes en Zapotlán el Grande. Fotografía: UdeG

Teatro desde el sur de Jalisco

La Compañía de Teatro del CUSur, comparte Rosy Arellano, surgió como una necesidad personal, y que compartía con algunos estudiantes de Periodismo, por las artes escénicas.

Desde entonces, son diez años de fortalecer el teatro en Zapotlán el Grande y la región sur de Jalisco, aunque no es sencillo. 

El CUSur destina un presupuesto base al grupo, pero ella ha tenido que gestionar más recursos para la producción, participando en convocatorias y realizando proyectos. 

Pero las satisfacciones y logros han sido “muy interesantes y agradables”. 

En 2017 el grupo recibió la Presea al Servicio Social ‘Irene Robledo García’, por su trabajo en intervención social, al llevar obras a comunidades rurales y grupos vulnerables. 

Además, la obra La muerte alegre, de Nikolai Evreinov, les valió la develación de una placa por 50 representaciones en la Casa del Arte del Cusur.

Así como las 70 representaciones del Juego que todos jugamos de Jodorowsky. 

“A veces para municipios del interior llegar a ese número de representaciones no es nada fácil, quizá en Guadalajara sea más común, pero acá no”.

También con la obra Adictos anónimos, se hizo del primer lugar en el Concurso de Nuevos Valores en Guadalajara, organizado por el Centro Artístico y Cultural “El Tercer Grupo”.

Rosy Arellano recibió en 2018 el Galardón al Mérito Teatral por parte de la Secretaría de Cultura y el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes.


Fotografías: Compañía de Teatro del CUSur y Comunicación Social de la UdeG.

Artículo anteriorPuente de las Damas, un triunfo para el Barrio de Mexicaltzingo
Artículo siguienteMiss Bell, reconocida maestra de baile y educación física III
Jonathan Bañuelos
Reportero de Ciudad Olinka. Ha trabajado para NTR, Mural, Más por Más GDL, La Jornada Jalisco y Radio UdeG Ocotlán.