Cinema

Flee (2021), del director danés Jonas Poher Rasmussen, es un bellísimo documental que mezcla diferentes técnicas de animación con material de archivo.

Esto con el objetivo de darle forma a la narración de su protagonista: un refugiado afgano que a lo largo de la película recuerda su doloroso pasado.

Amin Nawabi es el pseudónimo que el director le otorga al individuo en el que centra su relato, y de quien es amigo desde que ambos eran adolescentes.

En la actualidad, Amin es un exitoso académico que labora en Dinamarca, donde vive como un hombre abiertamente homosexual en compañía de Kasper, su pareja.

 

 
 
 
 
 
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Ambos han hablado sobre la posibilidad de llevar su relación al siguiente paso y vivir juntos, pero Amin no está del todo convencido.

Hay algo dentro de su traumático pasado, que nunca le ha contado a nadie, pero que le hace difícil confiar en las personas que lo rodean.

Por medio de largas conversaciones que Amin tendrá con el director, la cinta irá reconstruyendo, con profundo detalle, cada uno de los recuerdos que conforman su vida pasada.

Una historia que, hasta ese momento, nadie había escuchado.

Historias reales por contar

Además de otorgarle cierto anonimato a la persona que se encuentra detrás de Amin, el filme se enfoca en el medio animado para representar, con enorme creatividad, cada etapa de su historia.

Desde su infancia, pasando por su confusa adolescencia, hasta llegar a la persona que es ahora.

El documental profundiza en problemáticas de enorme relevancia como la crisis migratoria en Europa, el conflicto bélico de Afganistán, la represión de la sexualidad, entre otros.

A pesar de ello, encuentra el tono para también funcionar como una historia de maduración y descubrimiento emocional.

En las primeras escenas se muestra la inocente infancia de Amin, su despreocupación por usar los vestidos de su hermana y su amor platónico con Jean Claude Van Damme, de quien tenía un enorme póster en su habitación.

Cuando la tensión en su país se agudiza, Amin, ya como adolescente, huye con su familia hacia Moscú y se oculta en un destartalado apartamento.

Ahí es acosado por policías corruptos, que forman parte de un régimen tan opresivo como el de su lugar de origen.

 
 
 
 
 
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Reflejo de varias situaciones

Todos estos eventos son narrados con enorme precisión y enfatizando en las emociones que cada recuerdo evoca en su interlocutor.

Estos matices emocionales son caracterizados a través de una animación más elaborada y una que está hecha a partir de bocetos, todo dependiendo de cada situación que se va contando.

Así, Flee es una película que, aunque habla de temáticas que se pueden considerar mundiales, se logra percibir como un relato íntimo y personal, cuyo principal objetivo es la reconstrucción de una identidad.

Dentro de su ingeniosa propuesta, el director rescata un testimonio poderoso y conmovedor, que logra resonar de manera universal, al darle voz a muchas otras historias iguales que se han mantenido en el anonimato.


Fotografías: Internet.

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Adolfo Núñez
Colaborador de Ciudad Olinka. Especialista en temas cinematográficos. Ha trabajado para "La Jornada Zacatecas" y Radio UdeG Ocotlán.