CinemaDirigida por el debutante realizador José Pablo Escamilla, Mostro (2021) es una cinta que, dentro de su particular montaje, tan inquietante como difuso, es similar a estar experimentando una pesadilla interminable, a plena luz del día.

La película narra la historia de Lucas (Salvador de la Garza) y Alex (Alexandra Cueto), dos adolescentes que trabajan en una zona industrial del Estado de México.

Cada cierto tiempo, ambos se reúnen para charlar, entretenerse y escapar del tedio de su rutina.

En la choza donde ambos se refugian cuando están juntos, Alex le cuenta a Lucas la anécdota sobre un día en el que ella y sus vecinos pudieron ver un OVNI sobrevolando el cielo.

Ausencia. La película pone sobre la mesa la problemática de las desapariciones forzadas y los obstáculos en el sistema de seguridad para resolverlas. Fotografía: Facebook Colectivo Colmena.

Posterior a esta conversación, ocurre una extraña escena en la que se escuchan sirenas de policía y gritos de “está bajo arresto”.

Ambos jóvenes tratan de escapar, y en medio de la confusión, Alex desaparece frente a los ojos de Lucas.

Al correr de las horas, el adolescente sentirá la impotencia y la confusión de no saber dónde se encuentra su amiga, a quien buscará por todas partes.

Ella lo llamaba ‘Mostro’ de cariño, palabra que también hace referencia a la corrupción del sistema de seguridad que se supone tiene que salvaguardarlos pero que en realidad los engulle.

La profunda angustia

Partiendo de este conflicto como punto de partida, el director mexicano pone sobre la mesa la problemática de las desapariciones forzadas, tema que se ha vuelto un referente en el cine mexicano contemporáneo.

La diferencia aquí radica en la puesta en escena, la cual está enfocada en las emociones internas y en la profunda angustia del protagonista.

Escuchas. El director José Pablo Escamilla y el Colectivo Colmena durante la proyección del filme en la edición 36 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara. Fotografía: cortesía FICG.

Como un malviaje que no tiene fin, en la película se van introduciendo imágenes borrosas y sonidos distorsionados, que van aumentando conforme avanza el relato, y que representan la psique cada vez más perturbada de Lucas.

La cinta evita obviedades y convenciones dramáticas que se muestran en este tipo de producciones y muestra un claro espíritu de cine experimental.

El resultado es una obra audiovisual hipnótica, por momentos frustrante, pero siempre estimulante y llena de creatividad.

Al final, Mostro es un relato que de manera ingeniosa logra fundir el temor por los seres del espacio, con el de aquellos monstruos que habitan la Tierra, los que también abducen a sus víctimas y que nadie vuelve a ver.


Fotografías: Colectivo Colmena y Festival Internacional de Cine en Guadalajara. 

Artículo anteriorLa naturaleza y su fuerza, musa de la vallartense Ireri Topete
Artículo siguienteLa Primavera, hogar temporal de aves migratorias
Adolfo Núñez
Colaborador de Ciudad Olinka. Especialista en temas cinematográficos. Ha trabajado para "La Jornada Zacatecas" y Radio UdeG Ocotlán.