Por: Hilda Monraz

Amelia Ángela Bell Feeley fue una bailarina y profesora de baile mexicana, de origen inglés y que radicó la mayor parte de su vida en Guadalajara.

Nació el 23 de junio de 1907 siendo una de las familias más conocidas en la Ciudad de México durante las últimas décadas del siglo XIX.

Fue hija y nieta de artistas circenses, sobrina de grandes cantantes y bailarinas del vodevil.

Se crió entre personalidades creativas que le ayudaron a desarrollar un espíritu artístico que derivó en su trabajo como bailarina y profesora.

Durante su infancia vivió en una familia extensa, que significó aprender del trabajo circense y de vodevil que hacían en distintas partes del país.

Viajaban mucho, no sólo en México, sino también a otros países. Pero debido a la Revolución Mexicana, y temiendo perder bienes o incluso la vida, salieron hacia Estados Unidos en 1910 para trabajar haciendo espectáculos itinerantes.

En 1911, murió Richard Bell en Nueva York, el abuelo y fundador del circo, por lo que se renovaron al vodevil y en adelante trabajaron con bailes y música especializada, sin circo.

Durante esos años y hasta 1919, estuvieron viajando por Estados Unidos y algunos países de América Latina, hasta que regresaron a Guadalajara entre 1919 y 1921.

Artistas. Josefina y Amelia Bell incursionaron en las artes escénicas desde inicios del siglo pasado y su legado se mantiene presente en la actualidad en Guadalajara. Fotografía: Archivo de la familia Bell.

En 1922 la familia extensa se separó, formando distintas familias nucleares que se dedicaron a diferentes ocupaciones y en diversas latitudes.

Talento artístico de familia

Durante ese lapso, Amelia empezó a trabajar con sus tías y su madre, quienes le enseñaron sobre baile, música, arte en general. Y en particular a cómo usar su cuerpo para los espectáculos a los que se dedicaban.

Es decir, desde muy niña y toda su adolescencia se fue formando una disciplina laboral que le permitió seguir trabajando luego de manera independiente y ampliar su panorama más allá de las empresas familiares.

Entre 1922 y 1934, Amelia vivió en Estados Unidos con su papá y sus hermanas; ahí trabajaron en distintos proyectos musicales, de baile e incluso de cine.

Para esa parte de su vida requeriremos otro texto. Sirva por el momento decir que el trabajo de Amelia en Estados Unidos fue muy importante para que ella se consolidara como profesora en Guadalajara.

A mediados de 1934 los Bell Feeley ya se encontraban en Guadalajara. Ricardo Bell, su padre, trabajó en fondos musicales de la radiodifusora X.E.D.

Aunado a ese trabajo fijo, también seguían haciendo funciones en diversos teatros con los números que representaron en Estados Unidos.

Pero según el libro ELLA, escrito por Guadalupe Gálvez Mejorada, la apertura de la academia de baile fue incidental.

Legado. En la Texas Christian University se encuentran algunos documentos y fotografías sobre el pasado y origen de la familia de Amelia Bell. Fotografía: Archivo de la familia Bell.

Primeros pasos en Guadalajara

Todo inició porque después de su presentación en el Teatro Degollado de Guadalajara en 1934. La señora Clemencia de Knapp le pidió a Amelia que le diera clases de baile particulares a su hija Ivonne, de cinco años de edad.

Amelia se negó en un primer momento, pero ante la insistencia de la señora finalmente accedió pidiendo un salón en el Hotel Francés, donde se estaban quedando.

En el Estudio Hermanas Bell las maestras de baile eran Amelia y Rosita Bell.

Al inicio se dedicaron a la enseñanza de lo que llamaron bailes internacionales, como el tap, vals, tango, fox, blues, danzón, folclórico mexicano, entre otros.

Sin embargo, la base de todos fue el ballet clásico.

Amelia recordó las clases que recibió de pequeña en el Instituto de Nueva York donde aprendió baile y las reprodujo.

Pero también resignificó la experiencia previa. En esta etapa consolidó las enseñanzas que recibió para convertirlas en su práctica docente.

Recuerdos. Debido a la Revolución Mexicana la familia de Amelia tuvo que abandonar el país, pero años después regresó para asentarse en Guadalajara, donde impartió sus conocimientos en la danza. Fotografía: Archivo de la familia Bell.

Con los días empezaron a llegar cada vez más niñas y tuvo que rentar un local en el edificio Mosler que se encontraba en la Avenida 16 de Septiembre número 170. Adaptaron el lugar para la enseñanza del baile, con salones amplios y espejos.

En distintas fuentes es constante la mención de que Amelia abrió la primera academia de baile en la historia de Guadalajara.

Es difícil asegurar eso, pues yo como investigadora he encontrado documentos de otras academias anteriores y hay quienes me han hablado de más profesoras.

Sin embargo, Amelia Bell ha quedado como la pionera en la memoria colectiva de Guadalajara.

Disciplina en las aulas

La popularidad de Amelia incrementó con el tiempo y algunos profesores y directores de colegios particulares le llamaban para trabajar.

El primero de ellos fue el Colegio Americano, dirigido en este tiempo por Emil Krafft, donde Amelia trabajó entre 1934 y 1935.

Este periodo entre 1934 y 1937 fue especialmente rico en las direcciones dancísticas escolares que realizó Amelia, pero apenas representó el repunte que tendría entre 1937 y 1959.

En ese entonces consolidó una práctica docente en el baile, la educación física y la dirección artística, tanto de danzas folclóricas como internacionales, el trabajo educativo y en distintos sectores públicos y privados.

Durante 1937 Amelia tomó los cursos de educación física que impartía el Departamento de Educación del Estado de Jalisco.

En abril de 1940 Amelia Bell tomó posesión como profesora de danza de la Escuela de Bellas Artes, dependiente del Departamento de Educación del Estado de Jalisco.

Este acercamiento fue crucial, pues esos años trabajó para el gobierno jalisciense, y su práctica docente, que incluía una enorme calidad humana, fue base para otros reconocimientos.

Disciplinada. Durante su paso en las aulas Amelia se manejaba con disciplina y orden. Imagen: ELLA de Guadalupe Gálvez Mejorada.

Trayectoria consolidada

Fue maestra de baile de la Escuela Normal del Estado de 1943 a junio de 1947.

Además, se le nombró educadora número 2 de la Escuela Anexa Práctica a la Normal y maestra de baile en el mismo instituto entre 1944 y 1947.

Finalmente, también fue maestra de grupo de la Escuela Urbana Número 64 entre 1947 y 1949.

Tal vez hasta este momento se conozcan más sus empleos en colegios particulares, pero lo cierto es que su enseñanza también estuvo en diversas escuelas públicas.

En estas instituciones, por cierto, la conocieron grandes alumnas que continuaron su legado, como Guadalupe Gálvez Mejorada.

El trabajo de Amelia Bell como profesora de baile en Jalisco no se redujo a las aulas de la Escuela de Bellas Artes, de la Normal del Estado o de los distintos colegios particulares.

También se le encomendaban diversas tareas en la organización de festivales, homenajes y conmemoraciones oficiales.

Todas vinculadas con la puesta en práctica de bailes, casi siempre dirigiendo y algunas veces ella misma interpretaba el baile.

Estas participaciones fueron recurrentes en el periodo de 1940 a 1949, es decir, en su periodo de trabajadora del Estado de Jalisco.


Fotografías: archivo Carolina Echavarri/cortesía Hilda Monraz.

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