EntornoAl adentrarse hacia el extremo noreste de Jalisco, proveniente del Centro del estado, se puede notar cómo el terreno se transforma en nopaleras que parecen abarcar una gran extensión.

Es el municipio de Ojuelos, en la Región Altos Norte, donde se encuentra un gran paisaje biocultural de nopales tuneros que incluso trasciende a Jalisco y abarca parte de Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato y San Luis Potosí.

Se le llama paisaje biocultural porque es resultado de 450 años de intervención humana, moldeado por cultivos como el de esta planta.

Dicho ecosistema, pese a ser intervenido, posee una diversidad que poco se conoce y que se relaciona con el paisaje eco-agrícola.

Esto lo explica Mónica Riojas López, investigadora del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), de la UdeG, perteneciente al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y quien ha estudiado por más de 15 años los llanos de Ojuelos.

Paisaje biocultural en Ojuelos Los beneficios del paisaje nopalero

Un ejemplo es que el nopal tunero, además de aportar recursos para quien lo cultiva, evita la pérdida del suelo y con ello su erosión, además es hábitat para flora y fauna.

“Generalmente, cuando se habla de diversidad agroecológica, pensamos en el maíz, la calabaza, el jitomate, el chile”.

“Y si bien se habla del nopal, no se habla de que el agrosistema productor de nopal tunero” cuenta con alrededor de 30 variedades de tuna en cultivo en dicha región.

Otra de las funciones de los plantíos de los nopales es que en la zona hay algunas especies con problemas de conservación.

En especies de roedores nativos ahí tenemos 17, de las cuales cuatro son endémicas de la Mesa Central de México, que es donde se encuentran los llanos de Ojuelos”.

“Eso mientras que los cultivos de temporal solo llegan a albergar a cinco especies. Esto da una idea de la importancia e implicaciones biológicas que tendría perder el cultivo en la región“, detalló la investigadora.

Paisaje biocultural en Ojuelos

Antes, la región estaba conformada por amplias extensiones de pastizales semidesérticos, matorrales y ahora tienen un “grado de modificación bastante fuerte”.

Dijo que en la actualidad, los menos intervenidos son zonas donde están los encinares y cañones donde hay relictos de bosques de nopal o piñoneros.

La doctora Mónica Riojas López indicó que en cuanto a la protección de áreas naturales pocas veces se reflexiona sobre los paisajes bioculturales.

“La diversidad modificada o domesticada en México es de una riqueza extraordinaria, y que también es importante su conservación formal”.


Fuente: Universidad de Guadalajara
Información: Eduardo Carrillo
Fotografías: Cortesía del CUCBA

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