Actualmente, en Jamay, no existe un registro de la cantidad de tierras que han sido utilizadas para la producción agrícola y que antes estaban cubiertas por el Lago de Chapala.
Y aunque los agricultores saben que el agua puede reclamar su espacio, “aterrar” la ribera no sólo reduce el espejo de agua, también degrada el ecosistema y afecta a pescadores.
De esto se habla en el libro Dinámicas socioterritoriales y agua en las comunidades ribereñas del Lago de Chapala, Michoacán y Jalisco.
Se trata de una publicación que reúne investigaciones de académicas y académicos del Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega), en Ocotlán, Jalisco y de la Unidad Académica de Estudios Regionales (UAER) de la UNAM, en Jiquilpan, Michoacán.
Sobre lo que ocurre en Jamay, Fernando Melgoza Sepúlveda, docente de Periodismo del CUCiénega, dijo que ocupar las tierras donde antes estaban las aguas ha traído cambios importantes.
“Resulta interesante cómo se ha transformado Jamay con la implementación de granjas acuícolas, cuando aquí era un pueblo de pescadores, porque vemos cómo ha disminuido el pescado de la laguna”.
“Además, el espacio de los pescadores, que era su embarcadero, ahora es un corredor turístico, gastronómico y de recreación”, agregó.
En uno de los capítulos del libro se menciona cómo incluso los gobiernos municipales han incentivado el cambio de uso de suelo.
Un ejemplo es que convirtieron el muelle de pescadores de Jamay en corredores turísticos, que deriva en un desplazamiento social.
“Es importante generar alternativas económicas para la población del municipio”.
“Sin embargo, el cambio del sector primario al sector terciario puede ocasionar la pérdida de actividades económicas tradicionales, a la vez de migración y mayor desigualdad entre los habitantes del municipio”, explica en el libro.
Ofrecen herramientas legales para defender el lago
En un capítulo del libro la abogada Fernanda Andrade Ramírez aportó cómo la ciudadanía puede emprender acciones legales para enfrentar los cambios en el territorio del lago.
La egresada del CUCiénega explicó que se necesitan acciones colectivas, para lograr cambios que reviertan la degradación ambiental en la ribera.
“En Jamay hay muchos grupos que pueden representar una colectividad”, detalló.
“Desde que se reformó el artículo 17 de la Constitución Mexicana, se da cabida a tomar acciones que son colectivas y enfocadas en grupos específicos como pescadores, mujeres y restauranteros”.
Dichos conocimientos los compartieron con los habitantes de Jamay durante el estudio que realizaron ella, Melgoza Sepúlveda y la doctora Adriana Hernández García.
“Vimos con los pescadores cómo hacer una acción que los lleve a ejercer su derecho de que no se deseque más el lago”.
“Son importantes estas herramientas jurídicas para defender de manera legal su territorio”, subrayó Andrade Ramírez.
Reúnen las voces afectadas por la crisis del Lago de Chapala
Del Lago de Chapala se sabe que padece una crisis de contaminación y extracción de agua que vulnera a su ecosistema y las formas de vida en su ribera.
Sin embargo, no a todas las comunidades les impacta igual y tampoco en los mismos contextos.
El libro aborda el uso de las tierras desecadas que aprovechan para cultivos y el abastecimiento de agua.
Pero también el desplazamiento ocasionado por la desecación de la Ciénega de Chapala a inicios del siglo XX.
Dicha ciénega hoy son los campos de sembradíos de los municipios de Venustiano Carranza y Cojumatlán de Regules, en Michoacán.
Hernández García, explicó que uno de los objetivos del libro es escuchar propuestas en voz de las propias poblaciones.
“Tiene que ver con problemas en las comunidades pesqueras, sobre qué está pasando con hombres y mujeres, y no sólo por la contaminación”.
“Sino con una crisis en el uso de las tierras o los conflictos de abastecimiento de agua, que es desigual entre comunidades y municipios turísticos”, recalcó.
“Observamos las luchas históricas por el territorio, desde la desecación de 1905 y que continúan en comunidades de Michoacán y Jalisco”, apuntó Hernández García.
Otros grupos afectados por la crisis en el Lago de Chapala son de ejidatarios, cooperativas de pescadores y agricultores.
También hay afectación en preservadores de la cultura comunitaria, grupos emergentes de comunidades indígenas y otros.
Recopilan investigaciones anteriores
Adriana Sandoval Moreno, académica de la UAER, dijo que la publicación contiene estudios sobre las localidades en los municipios alrededor del lago.
“En la localidad de La Palma, Michoacán, nos reportaban cinco kilómetros que se ha recorrido el espejo de agua”.
“Entonces se cultiva sorgo y hortalizas con el riesgo de que si sube el agua se pierda la cosecha”.
“Cada vez los niveles son más riesgosos para que continúe la pesca”, denunció Sandoval Moreno.
“El estrechamiento del lago afecta porque los pescadores emplean más tiempo y recursos económicos para mover su lancha”.
“Cuando antes era tradicional que cuando salían de casa pescaban”, manifestó.
Externó que el ganarle terreno al lago también deriva de la ampliación del área urbana, pero también por paseos que están relacionados con el turismo.
“(Tenemos la voz de) comerciantes, mujeres fileteadoras, restauranteros, y la gente que habita alrededor del lago”.
“Una de las cuestiones que nos preguntamos es cómo las dinámicas están generando contradicciones y asimetrías en cuanto a la calidad del agua”, subrayó.
Recalcó que en esta serie de investigaciones, realizadas durante la década del 2010, buscaron conocer cómo viven los problemas y recabaron sus propuesta de solución.
Las autoras y autores coincidieron en que la publicación busca incidir en que se repiensen los modelos de desarrollo territorial municipales.
Y que esperan que ya no se vea al Lago de Chapala como un vaso de agua, sino como un entorno que tiene derechos que siguen sin ser escuchados.
El libro Dinámicas socioterritoriales y agua en las comunidades ribereñas del Lago de Chapala, Michoacán y Jalisco se presentará de manera oficial el 22 de abril, a través de la cuenta de Facebook de Televisión Universitaria de la Ciénega.