La bailarina e investigadora tapatía Sarahí Lay Trigo se ha dedicado a vivir la danza y eso la ha llevado a ser reconocida en varias ciudades del mundo, tanto en el ámbito del baile, como del cine.
Con su cortometraje de videodanza titulado Spiritual battle trilogy ella obtuvo el People’s Choice Awards en Strangelove Time-based Media Festival 2020, de Londres, Inglaterra.
También la reconocieron como mejor corto experimental de arte y mejor soundtrack en el X World Short Film Festival 2020, en Las Vegas, Estados Unidos.
Además, como fue el mejor corto realizado con smartphone en el Picasso Einstein Buda, en India.
La artista es egresada de Nivelación en Artes Escénicas para la Expresión Dancística, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).
Dicha obra audiovisual forma parte del proyecto que realizó junto con su hermano Carlos Adrián Lay Trigo, compositor de la música, y quien es egresado de Técnico en Música, también del CUAAD.
Para ver el trailer del cortometraje se puede ingresar este enlace: https://filmfreeway.com/SPIRITUALBATTLETRILOGY
Una coreografía contra el dolor
Bajo el nombre de The Lay brothers, Sarahí y Carlos crearon la pieza coreográfica Spiritual battle trilogy.
Se trata de un corto-experimental inspirado en el encierro debido a la pandemia del COVID-19.
Pero también aborda las secuelas que sufrió la bailarina debido a problemas de salud física a causa derivados de una una encefalitis por herpes zoster, diagnosticada en 2008.
“Estaba en California, haciendo una estancia posdoctoral en la Universidad de Santa Cruz, y nació esta necesidad de bailar, de sacar todo ese miedo que provocó ese momento. Le pedí a mi hermano que me ayudara con esta idea, a componer”, comentó Sarahí Lay.
“Entré en un estado depresivo severo en el que sentía una necesidad muy grande de afrontar mis miedos y mi única herramienta, desde siempre, ha sido la danza”.
“Hace 11 años la mitad de mi cuerpo quedó paralizado por un virus en el cerebro, y me dijeron que no volvería a bailar“, confesó.
“Empecé a bailar al año y medio de edad, toda mi vida me dediqué a la danza antes de mi enfermedad”.
“Después, tuve muchos problemas para volver al mundo de la danza, me costó mucho trabajo y había perdido esa ilusión de ser reconocida como bailarina o coreógrafa”.
Sin embargo, explicó que tras ingresar a la nivelación de artes del CUAAD, gracias a su trayectoria, “me regresó la ilusión de saber que mi trayectoria vale”
“Lo que he hecho independientemente de lo que me pasó, tiene un valor institucional, un valor dancístico”, afirmó Sarahí Lay.
Un baile hecho trilogía
El cortometraje muestra a la artista danzando en la playa y se divide en tres partes: “El despertar espiritual”, “La batalla chamánica” y “Autoretorno”.
“Realmente sentía que estaba luchando contra mis miedos en la playa, fue muy potente, e incluso se ve en la grabación cómo cambio de personalidad entre cada una de las tres partes”.
“La más difícil de bailar, de vivir y experimentar fue la parte dos”, agregó Sarahí.
La cinta se grabó enteramente con un teléfono inteligente y a distancia, pues Carlos Lay estaba en Guadalajara al momento de crear la banda sonora.
Sarahí decribe la relación entre la danza y la música como íntima: “Si el bailarín no conoce a profundidad la música, se pierde ese hilo y lo mismo sucede con la parte emocional y espiritual del ser humano”.
“Cuando el arte realmente logra integrar todas esas partes, es transformador”.
Carlos comentó que desde niños crecieron en el seno artístico, gracias a sus padres.
A pesar de haber tomado un camino distinto al de su hermana, consideró que la pandemia tuvo un aspecto positivo, pues los motivó a trabajar juntos de nuevo, tras lo cual nació el binomio The Lay Brothers.
A la creadora le encantaría seguir trabajando en lo que más le apasiona: la danza, y seguir experimentando junto con su hermano.
Fuente: Universidad de Guadalajara
Información: Sergio González
