
“Homenaje de Guadalajara al más mexicano de los deportes. Ayuntamiento 1962-1964“.
Así se leía la leyenda que acompañaba al Charro de bronce que coronaba la glorieta, bautizada en su honor.
Este monumento estaba en el cruce de las avenidas Revolución, San Rafael y Chamizal en Guadalajara, a unos metros de su colindancia con Tlaquepaque.
La escultura resaltaba una de las tradiciones y emblemas de Jalisco: la charrería. Pero la retiraron de su glorieta en 2015, ya que se necesitaba espacio para dar paso a la construcción de la Línea 3 (L3) del Tren Ligero.
La obra la creó el escultor Juan José Méndez Vega, hijo del oriundo de Poncitlán, Juan José Méndez Hernández, quien también fue un reconocido artista acreedor al Premio Jalisco en Artes en 1966.
Recuerdan los Arcos de Tlaquepaque
Por otra parte, otro monumento edificado que se encontraba antes de la creación de la L3, sobre la avenida Revolución, eran los Arcos de Tlaquepaque.

Éstos se encontraban entre las calles Tonalá y Tepatitlán, y fueron construidos durante la administración municipal de Porfirio Cortés Silva en los años 80.
El objetivo de éstos fue anunciar la entrada al núcleo de feria, donde se realizaban las fiestas de junio.
Fue en abril de 2015 cuando maquinaria pesada convirtieron en escombros dichos arcos, cuya arquitectura era similar a la de la fachada del Estadio de Tlaquepaque, localizado a unas cuadras de ahí.
🎧 Escucha más, en voz de quienes recuerdan ambas creaciones:
Locución: Diego Barba
Información: Cristina Arana
Fotografía: Gabriela Arellano