En Valle de Guadalupe, a las orillas de las rojas tierras de los Altos de Jalisco, se encuentra una tequilera con un tinte rústico que lleva por nombre Raza Azteca, registrada como Vinos y Licores Azteca.
Se trata de una empresa que se caracteriza por emplear a trabajadoras que, desde todos los niveles de producción, elaboran el “tequila con aroma de mujer”.
Una alfombra verde de agaves adorna el jardín de la fábrica. Al frente, se goza de una vista hacia la Presa El Salto.
Al subir las escaleras se encuentra el recibidor, mismo que está adornado con muebles de madera y una repisa donde exponen las botellas de los tequilas que elaboran las manos de unas 13 mujeres originarias del municipio.
Melly Barajas, conocida como maestra tequilera, explicó que no han sido fácil los 20 años de trabajo continuo, porque ella no sabía nada de esta industria.
Su pasión la descubrió después de que su papá le comentó que le gustaría tener un tequila con su nombre. En ese tiempo ella era educadora y diseñadora especializada en confeccionar ropa de charro.
“Entonces un día se le ocurrió decirme: ‘Hija, qué crees, nos dieron denominación de origen en el Tequila; ¡qué padre! imagínate que cuando me juntará con mis amigos yo tuviera un tequila con mi nombre‘”, platica Melly, quien, sonriendo, se encuentra con ese recuerdo y agrega que su papá no tuvo la oportunidad de “probar su sueño”.
Desde la jima
El cielo decoraba la alfombra verde donde inicia el proceso de la jima, quizá el más importante para el tequila. Ahí se cortan las pencas de la planta, para dejar solamente el corazón del agave, cada piña pesa aproximadamente 20 kilos.
Esta es una actividad pesada que suele adjudicársele a los hombres, sin embargo; en esta tequilera dicho proceso también lo realizan las mujeres que conforman la línea de producción.
Aida Ester Carbajal es la trabajadora más antigua, su rostro expresa unos 50 años de edad, lleva ocho años en la fábrica y comenta que se ha enfrentado a las personas incrédulas de que aquí trabajan sólo mujeres en la elaboración del tequila.
“A veces dicen no es cierto sí hay hombres, y yo les digo no es cierto yo trabajo allí”.
Las texturas mexicanas, plasmadas en sus botellas
México es conocido por sus colores. Si a esa inspiración le sumamos la creatividad de Melly, se tiene que cada una de las botellas del tequila Leyenda de México hacen referencia a la historia prehispánica, mediante las ediciones La Joya del Amor Eterno y La Mujer Dormida.
Ésta última es una de edición especial con oro comestible, que retrata el pasado y el glamour de nuestro país.
Además de que Leyenda de México, Espectacular y El Conde Azul son las tres marcas que Raza Azteca distribuye en el extranjero, la tequilera también surte a las empresas Sino Tequila, La Quiere y La Gritona.
Melly, junto con las trabajadoras, se encarga de que el tequila blanco, reposado, añejo y extra añejo pongan en alto el nombre de Jalisco, mediante una elaboración tradicional de la bebida, por lo tanto, no lo endulzan con azúcar ni le agregan químicos.
“Lo que buscamos en los olores es que huela a fruta y hierbas. Todo el agave que sembramos nosotros es de tierra roja y eso hace que te dé el perfil de estos tequilas”.
“Nos está costando mucho trabajo conseguir el agave de 7 u 8 años, como debe de ser. Ahora imagínate todo lo que absorbe de estas tierras”.
La elaboración del tequila en la fábrica diariamente es de 3 mil litros. Para Melly, la producción del agave azul es un estandarte del territorio mexicano y argumenta que las mujeres tienen mayor sensibilidad para captar rápido los olores y sabores.
“Para mí un tequila es tierra, es las manos de un mexicano, hombre o mujer, y aparte es nuestra cultura y este es un tequila como el que bebían nuestros abuelos”.
Valle de Guadalupe, localidad de donde emigran
Cuando Melly inició en el mundo tequilero, ella buscaba personal mixto, por lo que ofreció trabajo a la comunidad del municipio; sin embargo, quienes acudían a solicitarle el empleo eran en su mayoría mujeres.
Quizá porque Valle de Guadalupe es un municipio con alto índice de migración hacía el extranjero, según Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG).
De acuerdo con la Encuesta Intercensal realizada en 2015 por el Inegi, 13.78 por ciento de las viviendas recibieron remesas y 5.78 por ciento viviendas cuentan con migrantes en Estados Unidos, que partieron entre 2005 y 2010.
La población de Valle de Guadalupe es de 6 mil 924 personas, el 49.4 por ciento son hombres y 50.6 son mujeres.