Entre la carretera que conecta a Guadalajara con Tepic se puede encontrar una gran montaña que posee un “chipotito”.
Se trata del Volcán de Tequila, un coloso que da identidad al paisaje de la Región Valles de Jalisco y cuya existencia ha dotado de abundancia a las tierras donde hoy se encuentra el Paisaje Agavero.
Es un volcán de forma cónica extinto, que se alcanza los 2 mil 930 metros sobre el nivel del mar. En medio de su cráter existe una peña o elevación en forma de domo, que no es más que lava petrificada.
En sus faldas existen bosques de pino y encino, y en los valles que lo rodean se encuentran los característicos plantíos de agave azul, en los municipios de Tequila, Amatitán, El Arenal, Teuchitlán y Magdalena.
Sus imponentes dimensiones lo hacen identificable desde varios rincones de Jalisco, como el Área Metropolitana de Guadalajara o en distintos puntos de la Región Valles.
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El doctor Carlos Suárez, investigador y vulcanólogo de la Universidad de la Guadalajara, nos comparte un poco sobre la historia de este volcán:
Voz: Alberto Montoya
Información y postproducción: Iván Serrano Jauregui
Fotografía: Secretaría de Turismo de Jalisco