Una mirada cómica sobre la soberbia de aquellos que viven en el privilegio es la trama de Un tonto en una caja, obra teatral estelarizada por las actrices Gabriela Escatel, Coralia Manterola y Azucena Evans.
Se trata de tres mujeres (que representan tres estatus sociales) se encuentran en una fiesta y entran en conflicto cuando llega por correo una caja mágica, misma que despierta dudas sobre lo que tiene en su interior y deriva en un juego de conflictos.
“La historia nos habla sobre un mundo que está dividido en tres: pequeños, grandes y notables. Y a pesar de que el grupo excluido es el de los pequeños y además representa a la mayoría, éste no puede acceder a ciertos derechos”, menciona Alberto Magaña, artista escénico que se estrena como director en esta obra.
“Se nos habla sobre la inteligencia y hace burla de la academia y de cómo se supone que el más inteligente es el más estudioso, quien tiene el título de poder, cuando en realidad quien tiene el poder es el pueblo”.
La risa es el medio con el que buscan dar cuenta de cómo aquellas personas que han tenido ciertos lujos desde siempre, ejercen un poder sobre otros; esto, por medio del estatus social que les fue heredado.
“El autor de la obra es del argentino Martín Giner, él juega de una manera espléndida con la comedia ácida y oscura, es macabramente cómico en sus textos. Hay sorpresas tras sorpresas”, explica el Alberto Magaña.
Conjugar el talento de las tres actrices ha sido de las situaciones más enriquecedoras para Alberto Magaña, quien se dice gustoso de presentar este trabajo al público tapatío.
“Un tonto en una caja nos habla de tener cuidado cuando piensas que eres mejor y menosprecias a alguien asumiendo que no sabe nada; entonces, quién sabe quién es el tonto entonces”, expresó Alberto Arellano.
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Fotografías: Cortesía
