"El metro", Eréndira Díaz Esponda
“El metro”. Eréndira Díaz Esponda (2013)

Un tipo me abordó en la estación San Jacinto de la línea 2 del Tren Ligero de Guadalajara. Vestía un short negro, botas gastadas del mismo color y una playera del grupo Rammstein; un paliacate cubría su cabello grasoso.

Me preguntó por el libro que tenía en mis manos y respondí: “Cavernas” a unos ojos rojos, llenos de cansancio y mariguana.

Dijo que al igual que su padre, estuvo de mojado en Estados Unidos. Pasó 16 años de su vida allá; se fue a los 15. Allá aprendió a cocinar y el inglés en dos años.

Por las tardes subía al techo del cuarto que rentaba y desde entonces en sus pupilas se guardaron ocasos y nostalgia.

Regresó a Guadalajara por gusto, como quien se aferra al recuerdo de la niñez, a la espera de encontrar todo en el mismo sitio: la tienda de la esquina, la casa del vecino pintada de verde; nada más cercano que la memoria invadida por imágenes antípodas.

Cuando chamaco, su padre cruzó la frontera y sólo regresaba a pisar a la gallina. No supo más de él, o al menos trata de no saber.

Ahora es zapatero; heredó el oficio de su abuelo.

Su cuerpo se tambalea en el vagón. Voy sentado y él de pie. Las piernas le fallan y constantemente roza mis rodillas. Trato de no alterarme por la invasión del espacio personal, por la condición en que se encuentra.

Antes de bajar me recomienda una lista de canciones de Rammstein; desciende en la estación San Juan de Dios, entonces volví a la lectura sobre sobrevivientes y decadencia humana.

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Jonatan Gallardo Flores
Colaborador de Ciudad Olinka. Ha trabajado en medios como Radio UdeG Lagos de Moreno, La Jornada Jalisco y Radio UdeG Ocotlán.